Casas de madera y cartón, sin red de agua potable, y “colgados” de la luz es como vive la mayoría de los habitantes de la colonia La Noria, donde el desarrollo no ha llegado.

La falta de agua y luz condena a los habitantes de la colonia La Noria a vivir en la zozobra, sólo los martes y jueves les surten agua en pipa. Días en que deben de estar atentos para llenar sus botes y recipientes, de lo contrario tendrían que quedarse sin el vital líquido.

En la calle 70 y Noria San Luis puede apreciarse el monto de cables que penden del poste de luz, donde han tomado la energía eléctrica y jalado el cable hasta sus humildes viviendas. El riesgo es latente, los cables atraviesan calles y viviendas, así como el arroyo que divide la colonia. Los habitantes afirman que cuando llueve y agarra agua el lecho, los cables se los lleva la corriente y los deja sin luz.

Los habitantes tienen que administrar el agua que les entregan en pipas, la usan para todas sus necesidades básicas. Lety, apoyada en una mesa afuera de su vivienda, enjuaga los trastes, mientras que Mary se levantó muy temprano a lavar, cada lunes lava para que el martes le dejen los tinacos y tambos llenos.

“Aquí se batalla con el agua”, señaló otras de las residentes, a la vez que reconoce que han aprendido a vivir con muchas carencias, sin embargo, le gustaría contar con agua en la llave.

A estos habitantes los divide una sola calle de quienes sí tienen agua entubada, cuando en ocasiones no se encuentran en la vivienda para que les surtan agua, tienen que conseguir y hay buenos vecinos que les comparten del líquido.

Las carencias en este sector de la ciudad son muchas.

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