Los reflectores señalan la hora de inicio, el juego está a punto de comenzar. El cuerpo refleja nerviosismo, pero el equipo de protección cubre el aspecto femenino de Andrea, una guerrera que compite cuerpo a cuerpo en un deporte conquistado por hombres.
A los 12 años tuvo la inquietud de practicar deportes, por lo que decidió incursionar dentro del futbol soccer, y aunque le gustaba, no era su pasión, pues sentía que no era lo suficientemente rudo para ella. “Yo quería jugar futbol americano, pero no había equipos. Bueno, había de hombres pero no uno donde yo pudiera jugar”, asegura la joven estudiante del Bachilleres plantel 1, al recordar sus inicios en el emparrillado.
Su padre, Carlos, siempre la apoyó, pues al ver que su hija no encajaba en los deportes “convencionales” para una niña, trató de alentarla a seguir sus sueños, buscándole una oportunidad dentro del fut americano.
“Estuve un tiempo sin hacer nada, hasta que mi papá me dijo que había un equipo que aceptaba niñas, entonces yo luego luego dije que quería entrar. Estaba muy ansiosa porque llegara el momento. Un día mi papá llegó del trabajo y me dijo: ‘Vámonos’, -¿A dónde?, respondí, ‘Pues a que entrenes futbol americano’. En ese momento todo cambió”, comparte la deportista.
Broncos Club es el equipo de futbol americano que le abrió sus puertas a Andrea cuando tenía 13 años, y según el padre de la joven, desde el primer momento fue muy bien acogida por los entrenadores que no dudaron en recibirla como parte de su equipo.
“Recuerdo la primera vez que llegué a entrenar, al llegar al campo fue un poco extraño porque pensé que habría más niñas, pero no, estaba yo sola. Al principio yo no tenía confianza, iba y tacleaba a medias, con mucho temor a que me lastimaran. Pero conforme juegas, adquieres más confianza y ahorita me siento segura y sé de lo que soy capaz”, afirma con gran seguridad.
Además de su segunda familia, Broncos, ahora Andrea se desempeña como ofensiva del equipo de Lobos, proveniente de su plantel de bachillerato en donde se enfrenta a oponentes mucho más grandes que ella, pero su perseverancia y valentía la hacen sobresalir en el campo.
“Yo veo las ganas que tiene de jugar, por lo que siempre busco apoyarla en lo que ella decida y tenga ganas de hacer. Mientras ella esté contenta y disfrute lo que haga, yo ahí estaré”, asegura su padre.
Dentro de los coaches que han tenido la oportunidad de entrenar a Andrea se encuentra Máximo González, uno de los mayores representantes del futbol americano de México y quien ha cruzado hasta el otro lado del mundo para representar al país, por lo que la preparación de la joven ha sido de primera calidad.
Del 14 al 17 de diciembre, Andrea representará a Chihuahua en un torneo nacional que se llevará a cabo en la ciudad de Monterrey, en donde el Club Broncos fue invitado por su talento.
Los retos y desafíos de una mujer dentro del futbol americano
La discriminación y las burlas suelen ser parte de los partidos, pues asegura que en muchas ocasiones los oponentes se sienten extraños al jugar en contra de una niña, “hay ocasiones en las que estoy lista en la línea y empiezan a decir que hay una niña, que cómo le van a hacer para pegarme, pero ya que yo les demuestro que sí puedo, quedan sorprendidos”.
A pesar de que la fuerza física es muy diferente, Andrea ha tenido que practicar y esforzarse más por tener una técnica muy buena para contrarrestar la ausencia de la fuerza bruta. “Es un deporte que requiere mucha fuerza mental, por lo que cualquier persona puede practicarlo”, asegura.
La disciplina es la mayor fortaleza que te deja el futbol americano, ya que es un deporte completo que involucra muchos aspectos del ser humano, tales como el compañerismo. “Entre mis compañeros de equipo me cuidan mucho, siempre me apoyan y están al pendiente de mí, me aconsejan y me ayudan con las técnicas. Yo me siento al mismo nivel que un hombre, porque me he estado preparando para esto, siempre me estoy entrenando y me esfuerzo para estar igual”.
El ser positiva al inicio de un partido es lo que la lleva a destacar, pues aunque sabe que recibirá golpes, su fortaleza es lo que la hace continuar. “Ya estando ahí la pasión te levantas y para mí, yo sólo soy un jugador más”, asegura la deportista.
Su familia, el mayor pilar
Su padre dice estar igual o más apasionado que Andrea, pues también es un deportista de corazón que aún practica el deporte del emparrillado. “Yo disfruto mucho verla jugar, más que nada apoyarla en lo que ella decida, ella es muy fuerte y eso la caracteriza, tiene mucha fortaleza”, afirma Carlos.
Como familia, Carlos está seguro de que la apoyarán hasta donde ella pueda llegar, no porque no pueda, sino porque hay muchos tabúes de la sociedad que a veces no dejan avanzar con los sueños.
Andrea asegura que su fan número uno es su hermanito, quien siempre la felicita y hace lo posible por apoyarla siempre. “Yo espero mucho de ella y me enorgullece mucho todo lo que ha logrado, ella no esperaba atraer los reflectores, pero estamos muy contentos. A veces escucho de algunos papás que dicen que cómo es posible que la dejemos jugar, pero a veces hay que demostrarles que se puede y ella ha demostrado que compite y jugando calla, porque demuestra que tiene mucho talento. A veces hay que remar contracorriente para lograr los sueños”, asegura el padre.
-¿Qué les dirías a todas las niñas que quieren jugar futbol americano y por miedo o vergüenza no se atreven?
“Pues que lo intenten, que siempre habrá comentarios negativos y no a todos les va a gustar, pero mientras que a ti te guste y tú lo disfrutes, no pasa nada, sin importar lo que diga la gente y que con esfuerzo los objetivos siempre se logran. Las niñas tienen que estar conscientes de que no hay muchas oportunidades en este deporte para nosotras, pero si lo intentas todo puede pasar y si te esfuerzas, todo puedes lograr”.
-¿Qué se siente ser un ejemplo a seguir para muchas mujeres?
“La verdad siento muy bonito, pienso que hay niñas que tienen más potencial, pero espero que las niñas se inspiren en mí para jugarlo y por qué no, que exista una liga de futbol americano pero para niñas”.
-En tres palabras, ¿cómo te defines?
“Ruda, entusiasta y perseverante”.