Un total de 7 mil 209 niños y niñas acuden a las 105 escuelas albergue en los municipios serranos, donde estudian entre carencias y grandes necesidades, desde aulas, pasando por comedores hasta material didáctico.
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Las 105 escuelas albergue se encuentran en los municipios de Balleza, Batopilas, Bocoyna, Carichí, Chínipas, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Guazapares, Guerrero, Morelos, Nonoava, Ocampo, Temósachi, Urique y Uruachi, quienes atraviesan problemas graves de infraestructura y financiamiento.
En Balleza hay ocho albergues que atienden a 493 niños y niñas; mientras que en Batopilas son 455 estudiantes los atendidos en Quirare, Guisuchi, Munérachi, San Ignacio, Mesa Yerbabuena, Boca del Arroyo de los Otates, Sorichique y Yoquivo.
El alcalde de Batopilas, Israel Varela, comentó que la prioridad de su administración es la educación y la salud, sin embargo se cuenta con más de 300 comunidades y rancherías donde existen muchas escuelas unitarias, donde el o los salones son multiusos.
En Batopilas, un 75% de la población es rarámuri, por lo que existen muchas pequeñas comunidades, en las más grandes se ha tratado de contar con un aula, la cual funge como kínder, primaria y secundaria. En el municipio se cuenta con cinco centros de bachillerato. Quienes desean continuar con su preparación académica deben emigrar a Guachochi, Creel, Parral o Chihuahua.
Batopilas es uno de los municipios con mayor marginación y por ende las carencias en los centros escolares son diversas, pero las principales necesidades son cada para maestro, que los salones estén cercados, el comedor y las aulas.
El Municipio ha invertido alrededor de 8 millones de pesos en construcciones, rehabilitaciones y cercos perimetrales, mejoramiento en cocinas y aulas, así como techumbres. El recurso con el que cuenta el Municipio no da abasto para atender las necesidades.
La administración municipal lanzó el programa “Ayúdame que te ayudaré”, que consiste en que la comunidad participe, es decir, que los padres y madres de familia ayuden con la elaboración de adobes y la presidencia ponía el material para la construcción de aulas y comedores.
Aunado a la infraestructura, en el municipio se carece de servicio de internet, a pesar del programa México Conectado; la presidencia eroga alrededor de 15 mil pesos mensuales para proveer de wifi gratuito en la plaza central.
Hay otros municipios con mayor cantidad de albergues, como en Bocoyna, donde existen 12; mientras que en Carichí, con cinco, los estudiantes sufren al carecer de ropa y útiles.
El municipio con mayor cantidad de escuelas-albergue es Guachochi, donde se cuenta con 20 para la atención de 2 mil 004 alumnos de origen indígena, con un grado de marginación considerable.
Mientras que en Guadalupe y Calvo son 10 albergues donde se cuenta con una gran necesidad, debido a que hay zonas donde sólo cuentan con techos improvisados; en otros toman clases bajo la sombra de un árbol y en los mejores casos se cuenta con un aula que sirve como salón, comedor y hasta dormitorio.
El alcalde de Guadalupe y Calvo, Noel Chávez Velázquez, declaró que existen muchas escuelas en comunidades alejadas donde las condiciones son críticas, pues no cuentan con mobiliario, aulas ni material.
Entre los proyectos del Ayuntamiento se encuentra la construcción de 22 aulas, a la fecha ya están terminadas diez. En la comunidad de Cumbre del Durazno se construirá un comedor, pues se encuentran en condiciones vulnerables.
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