Esta mañana durante la misa dominical en la Catedral Metropolitana de la ciudad, el Arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, llamó a depositar la fe en Jesús y de esta manera luchar contra toda clase de enfermedad, y toda clase de muerte, tanto física como espiritual
“Con pequeños o grandes gestos debemos luchar contra toda clase de enfermedad y toda clase de muerte, apoyados en la fe en Jesús, buscar una vida mejor, pedir para tener medios necesarios de higiene, salud, educación, trabajo y muchas necesidades que están diseminadas en nuestro caminar diario”, señaló al referirse a la lectura del Evangelio según San Marcos correspondiente al XIII Domingo del Tiempo Ordinario.
Recordó que los deseos de Jesús, son que su pueblo viva en armonía, paz y salvación, pues dijo, Dios no hizo la muerte, ni recrea en la destrucción de los vivientes, sino que creó al hombre para que nunca muriera, porque lo hizo a imagen y semejanza a sí mismo.
Recordó que en el Evangelio de San Marcos correspondiente a este domingo, el mismo Jesús
combatió la enfermedad y la muerte, cuando se acercó un jefe de la sinagoga llamado Jairo, y al ver a Jesús le rogó que salva a su hija que agonizaba.
“Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba”.
También refirió sobre Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. “Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos y se había gastado en eso toda, su fortuna; pero en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido, curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado”.
El Arzobispo de Chihuahua, refirió que estos hechos dan muestra de que con la fe puesta en Jesús, se puede alcanzar la vida, la salud. “Venimos a la vida buscando vida y abundancia”, señaló y llamó a permanecer vigilantes en el esplendor de la verdad.
También hizo un llamado a padres de familia, educadores, hermanos en la sociedad y compañeros de trabajo, para que con el trato que se da al prójimo, encuentren razones serias y válidas para ir hacia Jesús, tocarlo y desear la vida en plenitud.