Luchan médicos vs virus e incredulidad
"No estamos preparados para vivir esta experiencia, donde los riesgos y el estrés se duplican"
Paloma Sánchez / El Heraldo de Chihuahua
La algarabía de la calle, con familias enteras paseando, o de compras contrasta con la áspera situación que la joven doctora vive como médico en el Hospital Morelos del Instituto Mexicano del Seguro Social, mientras que, como al inicio de cada jornada, la invade nuevamente el miedo a que el mínimo descuido – a pesar de todas las previsiones- llegue el Covid-19 a su organismo.
“Es una experiencia inédita, a ninguno de nosotros nos había tocado vivir una pandemia como la que se está viviendo en la actualidad y creo que tampoco estamos preparados para vivirla. Muchas personas no saben que el Hospital Morelos también es un hospital Covid, las jornadas laborales parecen eternas, porque no es lo mismo trabajar con vestimenta o uniforme normal, no poder estar en contacto con otras personas que se encuentren fuera del área restringida, además del estrés que conlleva ésta pandemia, ver a pacientes graves, tratar de minimizar al máximo el riesgo de contagio, entre otras cosas, es muy difícil”, confesó.
Al ingresar, viste con ropa juvenil, de acuerdo a su edad, como una medida de protección sugerida por las autoridades de no mostrarse como personal de Salud en la calle. Luego, empieza a prepararse con el lavado de manos dentro y fuera, la careta, los guantes, el traje especial y equipamiento que se utiliza en las áreas restringidas.
La vocación la impulsa a enfrentar el área de confinamiento en el nosocomio, portando el pesado equipo que además de protegerla, le impide realizar funciones básicas como ir al baño, tomar agua, soportar las altas temperaturas que conlleva portar el equipo completo por lo que la jornada se hace eterna, y solo soportable por el llamado del deber hacia sus pacientes que desgraciadamente se encuentran graves, y recae sobre sus hombros la responsabilidad de su cuidado médico.
“En cuanto al tema de los pacientes con la infección, es una situación muy complicada ya que permanecen aislados para minimizar el riesgo de contagio, desafortunadamente no pueden tener contacto con sus familiares, por lo que entendemos que los momentos de angustia son más difíciles. Y en caso de presentarse una defunción, también las medidas son diferentes, es algo muy lamentable”.
La jornada está constantemente comprobando las medidas de protección, que sumadas a la carga de trabajo, a lo compleja condición de los pacientes, va cargando de estrés que se acumula durante el día. Además de la batalla física, la doctora libra una lucha contra el miedo, no solo de estar dentro y de la propia salud; sino de estar en contacto con su familia, por el riesgo de contagio que pudiera existir.
Termina el horario laboral, y se enfrenta al mundo exterior, donde parece desconocer el dolor y sufrimiento de los pacientes positivos en aislamiento. El mundo sigue como si nada pasara y la ciudad aparece bulliciosa.
Para la doctora que trabaja en el área de confinamiento de casos sospechosos y confirmados, resulta increíble ver como existen tantas personas en la ciudad que no creen en la pandemia, en el virus, en los médicos. Ver como los índices de movilidad en la ciudad son altísimos, las personas no hacen caso de quedarse en casa y salir únicamente para lo indispensable, como se siguen realizando fiestas cada fin de semana. Obviamente todo esto está relacionado con el incremento cada vez mayor en el número de casos de personas infectadas, pero desgraciadamente también en el número de fallecimientos.
Ha llegado la hora de prepararse mentalmente para seguir los cuidados al llegar a casa, a pesar de las ganas de llegar a encontrar el consuelo de un abrazo inmediato, mirar las sonrisas de quienes la apoyan y quieren, y a quien también debe proteger.
“Nuestro equipo médico se queda fuera de casa, lo desinfectamos apropiadamente, nos cambiamos de ropa para entrar a nuestro hogar, y antes de cualquier contacto con nuestros familiares, primero nos lavamos las manos, nos bañamos y cambiamos de ropa, para de esta manera, disminuir el riesgo de infección a nuestra familia. Es un proceso largo, desgastante que se vive día a día”, compartió.
Por todo lo anterior, hizo un llamado a la población a quedarse en casa durante los próximos días que serán cruciales, y en los cuales, sería imprudente realizar actividades que lo único que lograrán es incrementar el número de personas contagiadas y desgraciadamente, de defunciones.
“Hemos visto que la enfermedad no respeta grupos de edades ni estatus económicos o sociales, por eso es responsabilidad de cada uno de nosotros obedecer las indicaciones mencionadas por parte del gobierno y evitar las actividades no esenciales. Esta pandemia es real, ¡Quédense en casa! Eviten visitar a sus familiares el próximo 10 de mayo, ya habrá tiempo para celebrar, por ahora es momento de cuidarnos todos, es momento de ser responsables y acatar las indicaciones, por favor, ¡Quédense en casa!”, urgió.
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