Nataly González Aguilera, originaria de la ciudad de Parral, fue enviada a la Zona del Silencio, en el Ejido Las Glorias, municipio de Jiménez, Chihuahua, a impartir clases de 6° grado en la Primaria Melchor Ocampo, donde enfrenta los problemas de conectividad, el fuerte azote a la economía de los pobladores por la contingencia del Covid y la falta de lluvia para las cosechas de hortaliza con la que se sostienen los padres de sus alumnos; sin embargo, está empeñada en sacar adelante los aprendizajes para que sus estudiantes ingresen el siguiente ciclo a la secundaria.
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“Ha sido un reto muy grande, siento que nosotros como país no estamos preparados para esta contingencia que estamos viviendo, siento que en México falta la tecnología, que es algo indispensable para las clases a distancia y para brindar un mejor servicio a los niños, desde ahí comienza nuestro reto: en buscar la forma de llegar, independientemente de las herramientas que tengamos”, afirmó la docente de 29 años de edad.
Compartió que en el Ejido Las Glorias, que se ubica en un área de la Zona del Silencio, los niños no tienen acceso a internet, son de nivel económico medio-bajo, no cuentan con teléfono en sus casas, ni celular, mucho menos una computadora o una tablet, por lo que trabajan a través de cuadernillos que son diseñados en equipo, entre los maestros de 6° grado de la zona, quienes discuten los aprendizajes que deben reforzar y hacia dónde deben avanzar, de acuerdo con el plan de estudios.
“Para llevar los cuadernillos, se formaron cuadrillas con las madres de familia, y se turnan para entregarlos. A la semana, la cuadrilla de recepción recoge los cuadernillos contestados, y entrega los nuevos materiales, como forma de llegar a los niños en mayor vulnerabilidad”, refirió la maestra Nataly.
Sobre la condición del lugar, mencionó que es un desierto, sin embargo, los padres de familia se dedican a la producción de melón, cebolla y chile en huertos de hortalizas. Las Glorias es un pueblito muy humilde, que cuenta el preescolar dentro del sistema Conafe, la escuela primaria y hay una telesecundaria del sistema estatal. Afortunadamente, en la localidad no se han reportado casos de Covid, no obstante, el impacto ha sido severo por la contingencia.
“Lo que hacemos para comunicarnos es comprar fichas de internet, porque no hay señal para los celulares. Habían previsto colocar una antena, sin embargo, no se ha logrado. El país no está preparado para esta pandemia, porque hay comunidades donde no ha llegado el acceso a la tecnología, independientemente de las ganas de salir adelante, no hay el medio”, compartió.
Sobre la estrategia de educación a distancia, mencionó que la situación educativa es atípica, y reconoció que podrían haber lagunas en los aprendizajes, pues explicó que no es la misma calidad de enseñanza cuando el maestro está frente a grupo, a comunicaciones esporádicas vía WhatsApp, además de que de sus 13 alumnos, hay dos a quienes no ha localizado a sus madres para transmitirles las actividades. Para ello, el supervisor de zona estableció los equipos para el diseño de los cuadernillos y atender las necesidades que tienen los alumnos.
Sin embargo, hay niños que no tienen para comprar la ficha de internet, y al revisar el cuadernillo, es donde percibe que aprendizaje no se logró, o en cuál están batallando. Además, graba videos con las explicaciones de cada tema, para que no dependan totalmente de los libros o el cuadernillo.
“Es bien triste, porque en clase veo un niño que avanza, que le echa ganas, y por distancia, pues tienen casi un año en blanco, para mí como maestra es muy duro ver que no avanzan. Me puede de veras, y es mucha impotencia, porque yo quisiera que todos salieran adelante y que sacaran el aprendizaje”.
Para finalizar, refrendó su compromiso de sacar adelante a sus 13 alumnos en el ciclo escolar, utilizando las herramientas a las que tiene acceso. “Estamos trabajando, buscamos, conforme las necesidades de cada alumno, la forma de llegar. Hacemos videos para suplir las videollamadas, con diferentes estrategias para llegar a la mayoría de los niños. Hay casos atípicos en los que no podemos, pero no nos quedamos en el intento”, concluyó.
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