Bocoyna, Chih.- “Memoria que resiste” era la manta que alzaban los pobladores de Creel, quienes recordaron a las víctimas mortales de la matanza del 16 de agosto de 2008.
Un grupo de hombres encapuchados y fuertemente armados irrumpieron en una carrera de caballos y abrieron fuego contra algunos asistentes. Doce jóvenes y un bebé de 18 meses murieron, a la fecha la impunidad persiste. Familiares de las víctimas siguen clamando justicia, este año se conmemoró el décimo aniversario de aquel terrible acontecimiento, diez años en que permanece la exigencia de que se investigue y se castigue a los culpables. Los familiares, amigos, pobladores, derechohumanistas e incluso algunas funcionarias y funcionarios estatales se dieron cita en la plaza principal de Creel, en el municipio de Bocoyna, de donde partió la marcha hacia la Plaza de la Paz.
El contingente encabezado por los deudos, quienes cargaban las fotografías de sus seres queridos a quienes les arrebataron la vida de manera violeta. Eran seguidos por el mandatario estatal Javier Corral Jurado y el sacerdote Javier Avila, presidente de la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, así como pobladores, quienes marcharon en silencio por la avenida Adolfo López Mateos hasta llegar a la Plaza de la Paz donde se concelebró una misa presidida por el obispo de la Diócesis de la Tarahumara.