Un migrante hondureño adicto al cristal, que por el día se dedica a pedir en cruceros, drogarse y molestar a los vecinos, ha tomado como dormitorio los patios de Ferromex, donde debajo de un vagón colocó un sillón desvencijado para dormir.
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Vecinos de la colonia Bellavista denunciaron la presencia del sujeto que se unió a una de las pandillas del lugar para molestar a los ciudadanos que habitan ese sector y pese a que ya existen denuncias ante la oficina de Averiguaciones Previas en contra de esta persona, la autoridad sigue permitiendo que continúe en libertad.
La querella interpuesta ante el licenciado Jorge Gustavo Enríquez Meraz, agente del Ministerio Público y cuyo folio obra en esta redacción, fue por amenazas y se indica que este sujeto, cuyo nombre responde a Esaú C. P., alias “el Levi”, es de nacionalidad hondureña y como no tiene un domicilio fijo se queda a dormir entre los vagones abandonados de la empresa de Ferromex en las inmediaciones de la colonia.
Los quejosos indican que este sujeto en compañía de otros pandilleros se la pasan drogados y en ocasiones alcoholizados haciendo desmanes en la colonia y en ocasiones asaltando y golpeando a los transeúntes, sin embargo cuando es denunciado a la Dirección De Seguridad Pública Municipal, éste es detenido, pero al siguiente día vuelve a presentarse por el sector presumiendo de la impunidad con la que goza.
El caso más reciente sucedió el pasado miércoles por la noche, cuando algunas unidades de la Fiscalía General del Estado, al hacer rondines por el sector, fueron abordados por una de las denunciantes, una viuda de 70 años, para comentarles que momentos antes había sido amenazada de muerte por “el Levi” y que sentía miedo a que decidiera cumplir con las amenazas.
En ese entonces los agentes le indicaron que detuvieron al sujeto, pero que tendría que acudir a la oficina de Averiguaciones Previas a interponer la denuncia y salvo así, se tuviera la actuación penal en contra de la persona denunciada.
Sin embargo más tardó la quejosa en interponer la denuncia, cuando el mentado “Levi” ya andaba nuevamente por el sector paseándose por las calles y escondiéndose entre los vagones del tren cuando pasaban las patrullas.
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