SAUCILLO. - ¿Mito o realidad?, la leyenda de que la comunidad minera de Naica es el centro de reunión de brujas de todo el mundo cada 31 de octubre, sigue vigente; ayer El Heraldo de Chihuahua realizó un recorrido al interior de la llamada Cueva de “Las Brujas”, en el complejo propiedad de la minera Maple.
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El reportero acompañado de un guía oriundo de este seccional, lograron introducirse unos 100 metros en la citada cueva donde dice la leyenda popular que cada 31 de octubre llegan las brujas a hacer sus hechicerías y sacrificar infantes.
“Yo tengo aquí viviendo 40 años, fui agricultor toda la vida y vivía cerca del panteón, desde dónde se miran las cuevas, dicen que en esas fechas se presentan las brujas a hacer sus hechizos y jamás he visto una”, dice el presidente seccional de Naica, Oscar Rea.
En el recorrido, pudimos constatar que, en el interior de la mina, solo hay recovecos donde gente ha ingresado y hace pintas de grafiti, colocando nombres o siglas, algunas de ellas indescifrables.
En una esquina del recorrido, dónde hace “L “ el camino de la cueva, hay un pequeño solar de 2 metros cuadrados donde se percibe una Cruz de David invertida, allí es donde se señala se hacen los sacrificios, según testimonio del guía. Hay quien dice que es un pentagrama maligno, pero se parece más a un símbolo judío.
Naica además de ser un complejo minero, -actualmente frenado por el cierre parcial de la Minera Maple-, fue centro de atención mundial en el año 2002, cuando en un “talk show” la conductora Cristina Saralegui, entrevistó a supuestas brujas o gente relacionada con actos de hechicería, y allí se mencionó que esta comunidad era el centro de reunión de brujas de todo el mundo.
Los años pasan y la leyenda de las brujas continúa. Tan solo en la puerta de Naica, viniendo de Delicias a este seccional minero, hay junto al letrero de bienvenida dos símbolos, uno el clásico minero con un pico al hombro y otro, una bruja volando en su escoba, en una estructura tétrica de negros colores.
El viento fresco de la mañana del día 30 sopla y cala un poco, para acceder a la cueva de las brujas es menester trasladarse en una “troca” unos 3 kilómetros en terracería desde la cabecera seccional minera al sitio. Se pasan caminos agrestes llenos de arbustos con espinos: cardenchas, huizaches, candelilla, mezquites, palmas del desierto, cactus, entre decenas de variedades más.
Después de pasar el primer cedazo, se llega a un lomerío, donde sube uno 500 metros sobre piedra caliza. Se llega al acceso, donde un letrero colocado por la Minera Maple, advierte que esa es la “Cueva de las brujas”.
El guía Héctor Gutiérrez Padilla, ya nos proveyó de lámparas de minero y nos complementamos con la luz del teléfono celular. Ingresamos y tenemos que agacharnos porque la altura de la cueva es irregular, en unos tramos es menor de 1.50 metros en otros pasa los 2 metros. Tiene un diámetro 1.5 metro en promedio y el primer tramo más de 100 metros de profundidad, hasta donde se encuentra con un camino en “L”.
La oscuridad es total, apenas avanzamos 15 metros y ya no alcanzas a ver hacia adelante. El ambiente es tétrico. Mientras que un viento fresco recorre tus orejas descubiertas, quien se sugestione puede ver cualesquier cosas.
Antes de llegar a la “L”, hay que pasar el recorrido donde se miran recovecos muy irregulares. Llama la atención que uno ve lo que quiere ver. Echando a volar la imaginación, se alcanzan a distinguir efigies de personas petrificadas a los costados de las cuevas y con mucho mayor imaginación se percibe una cara de payaso o quizá imagen demoniaca al final del túnel de la “L”.
En un hueco a la mitad del túnel, hay una perforación donde se percibe piedra rojiza, al centro se ve una piedra con la imagen de un puma, o quizá hay quien le ve a efigie demoniaca.
Al final del túnel nos encontramos con grafiti con letras e imágenes indescifrables en colores rojo, negro y dorado. Ahí hay una puerta metálica naranja que impide el paso hacia la zona donde hay un tiro de mina, cuya profundidad se calcula en 300 metros, y la cual fue colocada por la empresa minera para cerrar el paso a gente y evitar un accidente mortal.
El recorrido dura media hora en la cueva oscura y lúgubre, pues en el recorrido de ingreso de mas de 100 metros pudimos tomar una bifurcación unos 40 metros para llegar hasta un tope, el ambiente recorrido es tétrico, porque si se apagan las luces, no se ve absolutamente nada. Pero el guía y el informador nos apoyamos en tres lámparas y celulares, logramos tener buena iluminación o cuando menos suficiente para no perder el rumbo.
Después de tomar fotografías y un video, observamos imágenes amorfas en el recorrido, sin embargo, repito, cada quien ve lo que quiere ver, si eres supersticioso vas a observar más de la cuenta, si eres incrédulo es un camino simple de acceso a la mina, usado como ducto respirador para los mineros que solían trabajar a 500 o 700 metros bajo la superficie.
Nuestro guía Héctor Gutiérrez cuenta que él no ha visto nada anormal en sus visitas a esta cueva y otras de los alrededores, pero mucha gente insiste en señalar que Naica es tierra de brujas.
Oscar Rea, el presidente seccional concluye: “En 50 años viviendo en Naica, nunca me ha tocado ver una bruja, pero -insiste- la gente cuenta muchas historias que se han convertido en leyendas”.
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