“Sí sé lo que es un Credi, pero no dependía de Prospera, ningún Credi, es un rubro que no se manejaba. Desconozco el origen del programa y los entes que lo manejaban. Lo que sí se maneja es la parte de las becas”, declaró Genaro Vázquez Soto, encargado de los programas Benito Juárez, anteriormente llamado Prospera.
Sin embargo, a pesar de la afirmación de Vázquez Soto, en el local del Centro de Regional de Desarrollo Infantil y Estimulación Temprana continúan los logotipos del extinto programa, que pertenecía al programa de inclusión social, Prospera, que dependía de la Secretaría de Desarrollo Social, en la anterior administración federal.
El Credi Chihuahua era el núcleo central y existían dos módulos en Ciudad Juárez y Parral, respectivamente. La estrategia inició en 2015, cuando se hizo un programa piloto en el que participó el estado de Chihuahua con el tamizaje y la evaluación confirmatoria, en el que se pudo estratificar el desarrollo y ver la manera de que con una prueba se pudiera confirmar si el niño tiene avances en la terapia y si presenta rezago.
El Centro Regional pertenecía a una estrategia de Desarrollo Infantil del programa Prospera, siendo un componente de éste enfocado a impulsar el desarrollo de los niños menores de cinco años a través de la estimulación temprana. Esta estrategia se basa en que en las unidades de Salud se otorgan talleres de estimulación temprana para ir vigilando el desarrollo de los niños e impulsarlo.
Asimismo, en las unidades de primer nivel se aplicaba un tamiz de desarrollo, que es la prueba EDI, que es un semáforo del desarrollo: si el niño sale en verde, quiere decir que es normal y se sigue trabajando en talleres de estimulación temprana y si sale en amarillo, ingresa en plan de seguimiento y se sigue trabajando con estimulación temprana más enfocada a lo que está saliendo bajo. Si sale en color rojo es una señal de alarma, percibida por algún dato clínico, que puede estar relacionado a parálisis cerebral, trastorno del espectro autista o trastorno de hiperactividad. Esos niños se canalizaban con el sicólogo para una prueba confirmatoria, que es una prueba de inventario Battelle y posteriormente a pediatría para iniciar un plan de tratamiento intensivo. En caso de que el niño requiera una especialidad, se le ingresaba a un hospital.
Al terminarse el programa de Prospera, los componentes que dependen presupuestariamente de él desaparecieron, entre ellos el personal de salud que labora en las unidades médicas que daban los talleres y aplicación de prueba EDI y canalizar a los niños. El presupuesto para el gasto corriente se terminó el 31 de marzo, y al no tener un programa del cual depender, se teme que cierre el centro.
La estrategia nacional tiene un fundamento científico en el tema de estimulación temprana, en aspectos como motricidad gruesa y fina, área social, cognitiva y adaptativa que de no atenderse los síntomas que presentan derivaría en bajo rendimiento escolar y detrimento en la calidad de vida.
También se apoyaba en el traslado y atención en segundo nivel a las personas de la zona serrana, para los beneficiados del programa Prospera, sobre todo aquéllos de muy bajos recursos.
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