“Es el momento en que la autoridad civil tome las decisiones solidarias y valientes para que las familias conserven sus empleos y cuenten con lo necesario para trabajar y puedan superar, por su propio esfuerzo y con la ayuda de todos, las crisis familiares que estas circunstancias causan. Comprendan que el pueblo espera mucho de ustedes a favor de todos, no espera que cada uno defienda sólo el interés propio”, expresó Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y Presidente de la Conferencia Episcopal de México.
Lo anterior, dentro del llamado dirigido a empresarios, mujeres y hombres de negocios, en el que también hizo el llamado a la sociedad en general, que más allá de las necesidades por las que atraviese el país durante esta contingencia por el COVID-19, la gente está llamada a vivir honestamente, y que todo acto de rapiña, robo, desprecio, abuso y discriminación, hiere al pueblo entero e impide superar las crisis.
“Es mejor aprender a pedir ayuda y tocar puertas, que añadir otro mal al mundo: si alguien tiene necesidad pida ayuda a su comunidad, nadie organice ni participe de la maldad”, exhortó.
Así mismo, hizo un llamado para que en este momento que calificó como histórico, ninguna mente se nuble, ningún corazón se endurezca, ningún espíritu se apoque, sino aceptar el desafío del tiempo presente y tomarlo como reto bien estudiado para luego transformarlo en una meta de esperanza y alegría.
“La Iglesia Católica no tiene ni dicta recetas técnicas para la sociedad, solo pone al servicio de todos lo aprendido en Cristo, Camino, Verdad y Vida. De Él hemos aprendido que “con Dios, la vida nunca muere”. Demos entonces, luz y esperanza a nuestro pueblo, hagámoslo juntos, hagámoslo bien”, finalizó.
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