Ocho de cada diez niños chihuahuenses padece estrés

Debido a la pandemia, los menores padecen ansiedad, transtornos de sueño, problemas intestinales y prurito en la piel

Velvet González | El Heraldo de Chihuahua

  · miércoles 4 de noviembre de 2020

Foto: Daniel Rodríguez | El Heraldo de Chihuahua

Al menos ocho de cada diez menores que viven en el estado, atraviesan por el Síndome de Zara’at, o estrés infantil, patología derivada de la crisis pandémica por el Covid-19, declaró el especialista en Investigación Criminal y Comportamiento Delincuencial, José Carlos Hernández Aguilar.

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Agregó que en uno de sus últimas investigaciones, se muestra que del total de menores que padecen estrés, el 60 por ciento son niños y adolescentes varones, esto con base en investigaciones de campo, entrevistas a un nutrido grupo de docentes y datos oficiales de las propias autoridades de salud de los tres niveles de gobierno, muestra que la población infantil, padece ansiedad y/o serios episodios de estrés emocional, que a su vez conllevan consecuencias fisiológicas como trastornos del sueño, baja de defensas, problemas intestinales, prurito en la piel, entre otras.

“Una pandemia como la que estamos viviendo, genera consecuentemente una grave crisis de neurosis social, el cual es un grave trastorno de la ansiedad social, que puede producir ciertas conductas anómalas entre sus miembros, entre ellos, desde luego, a las y los niños, a la cual le hemos llamado Síndrome de Zara´at”, compartió el Mtro. Herndández.

Señaló que dicha patología, se presenta en un conglomerado humano, donde se producen como mecanismos de defensa colectiva, cierto tipo de conductas anómalas, asociales o antisociales, derivadas de una crisis epidémica o pandémica de salud pública, desde que ésta se genera, hasta después de su desaparición.

“Con lo anterior y con datos sustentados en investigaciones de campo, entrevistas a un nutrido grupo de docentes y datos oficiales de las propias autoridades de salud de los 3 niveles de gobierno, podemos inferir que al menos en el estado de Chihuahua un 85% de la población infantil padece de esta patología de la ansiedad o de serios episodios de estrés emocional, que obviamente traen consecuencias fisiológicas como trastornos del sueño, baja de defensas, problemas intestinales, prurito en la piel, etc. (Estamos completamente seguros, que esta numeralia, es igual o muy parecida con la del resto del país)”, apuntó.

Explicó que a lo anterior, se agrega la gran cantidad de horas al día que pasan frente a la computadora, celular o televisión niñas y niños, no sólo en su calidad de estudiantes por la nueva realidad educativa, sino en sus largas horas de entretenimiento.

“Esto agrava el comportamiento y las relaciones interpersonales dentro de casa, materializándose luego en estados de enojo, ira, manías, trastornos alimenticios, pereza con sus nuevas obligaciones escolares y personales, radicales trastornos de conducta cambiante y hasta la incubación de fobias”, señaló el experto.

El entrevistado, dijo que ante la realidad por la que atraviesa la sociedad, se sugieren seis puntos para mantener la calma, la tolerancia y la ocupación proactiva en el hogar en las y los niños, “todas dentro del contexto de la esperada inteligencia emocional: actividades que nos ayudarán a reducir esos grados de alteración de las emociones”.

*PROPUESTAS

Allegar a las y los niños, información positiva que estimule las emociones en ellos.Dimensionar con claridad el problema sin magnificarlo neuróticamente (ansiedad), pero comprendiendo proactiva y necesariamente la importancia de atender puntualmente las medidas dictadas por la autoridad pública.No sólo ocuparse en sus tareas escolares en línea y las del hogar, sino mantener la calma con reflexiones, mensajes positivos y actitud resiliente frente al problema de salud pública que tenemos.Que no sólo “maten” el tiempo viendo series televisivas, películas, chatear todo el día, el uso de videojuegos, etc., sino incentivarlos a leer, escribir o bajar de internet reflexiones que alimenten el alma y el espíritu. ¿Y por qué no?, que las compartan en familia. Educarnos y educarlos sobre la dimensión de la situación pandémica, sin asustarlos, pero sí inculcándoles la importancia del ‘Compromiso Social’ y el ‘Respeto’ a la dignidad y espacio de las demás personas.Uno o dos días antes, realizar con ellos una agenda familiar para la realización de actividades dentro del hogar, como la promoción de juegos de mesa o hacer ejercicio o deporte juntos; planes para cocinar o de crear inventos productivos para el hogar; horas de televisión y tiempo de estudio; espacio para recuperar la espiritualidad y hasta de innovar fiestas en casa (sin invitados externos, obviamente). Incluso, de ser posible, la instauración de ‘premios’ para las mejores creaciones o tareas asignadas (Los cuales serán artículos de la misma casa o hasta planes reales para un futuro inmediato).



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