Cuauhtémoc, Chih.- Un minuto de aplausos para el paramédico que siempre contagiaba con su alegría a sus compañeros, fue parte del homenaje de cuerpo presente a Jesús Felipe Castillo Murillo. El Presidente del Consejo de Cruz Roja, Jorge Flores, entregó a Viviana Rascón, esposa del fallecido, el nombramiento de Comandante, post mortem, al héroe que perdió la vida la madrugada del domingo a causa de un conductor que iba en segundo grado de ebriedad.
La ceremonia se llevó a cabo en las instalaciones de Cruz Roja Delegación Cuauhtémoc, donde estuvo presente la familia de Castillo, el alcalde Romeo Morales; paramédicos de Cruz Roja, Cruz Ámbar, Sin Fronteras y Técnicos en Urgencias Médicas; bomberos; elementos de Protección Civil; y policías estatales y municipales.
Jorge Flores expresó que el Consejo Directivo local de la Cruz Roja Mexicana determinó entregar el nombramiento oficial como Comandante al técnico en Urgencias Médicas Jesús Felipe Castillo Murillo, “por haber sido ejemplo de compromiso, altruismo y solidaridad con la causa humanitaria. Por haber entregado su vida en el cumplimiento del deber supremo de salvar vidas y ayudar a quien más lo necesita”.
El alcalde Romeo Morales, médico de profesión y quien ha participado en distintos cursos con los paramédicos locales, expresó que el municipio está de luto porque se ha ido un gran compañero. Se solidarizó con la familia de Castillo y les expresó que estaría en todo momento dispuesto a ayudarlos.
“Jesús dio su vida trabajando, sirviendo a este municipio. Venía de atender a una persona. Quiero agradecer a todos por acompañar a Jesús”, manifestó en un breve y sentido discurso.
Un último pase de lista hizo resonar el nombre de Jesús Felipe Castillo Murillo “¡Presente! ¡Presente! ¡Presente!”, seguido del sonido de las sirenas de decenas de ambulancias de todos los servicios, lo que desató el llanto entre sus seres queridos y amigos.
La paramédico Viviana Rascón, esposa de Castillo, recibió también el casco de su marido. Con su hija en brazos hizo guardia de honor junto con sus compañeros de la Delegación Cruz Roja Cuauhtémoc. Ella y su pequeña hija de dos años, miraron constantemente a Jesús Felipe a través del cristal del ataúd,
Una vez concluida la ceremonia, el cuerpo fue llevado a la capilla de una funeraria donde se realizó una misa. A las dos de la tarde, a bordo de ambulancias con las sirenas encendidas, paramédicos acompañaron a Jesús Felipe en su “último servicio”, recorriendo las calles de la ciudad.
Finalmente fue sepultado en el panteón municipal número 3.