“Lo que nos pasó encima el pasado 1 de julio fue un tsunami que se llevó la casa, nuestro hogar llamado PRI, y lo hizo desde los cimientos porque así dejamos que fuera, nadie nos arrebató banderas o ideologías, sino que las dejamos tiradas, alguien más las tomó y con ellas ganó la elección”, declaró Paúl Ospital Carrera, presidente del Consejo Directivo nacional del Instituto Jesús Reyes Heroles, encargado de la formación política e ideológica del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En entrevista, el priista, militante en el partido desde hace más de 14 años, explicó que tras la derrota en la última jornada electoral, el partido debe replantearse por completo su ideología a través de un necesario debate interno que permita al PRI renovarse y continuar como una opción política vigente.
“Lo que he propuesto en todos los espacios donde he participado, es que comencemos una discusión desde si cambiarle o no el nombre al partido, pero comenzando desde la base, porque el cimiento de un partido político es la ideología, sin la cual un partido político no es más que un club de amigos que se visten similar y se juntan los domingos”.
Expuso la necesidad urgente del partido de “definir muy bien en dónde estamos parados”, y recordó que si bien la vigente declaración de principios del partido lo identifica como uno de corte “social-demócrata que vela por el liberalismo igualitario”, y es teóricamente un partido político de centro-izquierda aún inscrito en la Internacional Socialista, “de pronto vemos que, debido a un pragmatismo de centro hacemos postulados de Derecha, y tuvimos o tenemos candidatos de Derecha, lo que por supuesto genera una contradicción interna”.
Lo anterior, aseguró, fue difuminando la ideología partidista del tricolor, lo que a la postre fue minando la estructura y organización del partido. “La organización del partido, como pueda ser, data de 1946. No hemos cambiado la forma de organizarnos y debemos debatir eso también, discutirlo todo, sin censura ni tapujos, pero sí con respeto y cariño al partido”.
Dicha discusión, dijo, debe partir desde los cimientos del partido, mediante un “profundo análisis”. En este punto, recordó las palabras de la actual dirigente nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu, quien señaló que el partido debe evolucionar para pasar de ser el partidazo institucional y vertical del siglo XX, a una opción política mucho más horizontal y democrática, acorde a las exigencias del siglo XXI.
Ospital Carrera consideró que dicha evolución deberá verse reflejada desde el próximo año con la renovación de la dirigencia nacional del tricolor, la cual, para la mayoría de los militantes, deberá ser electa “de manera democrática, tomando en cuenta a la opinión de la base militante”.
Por otra parte, hizo hincapié en la importancia de que en el necesario ejercicio de debate interno se tengan posturas ideológicas “muy claras, debemos tener bien definido qué vamos a defender, de qué lado vamos a estar parados en los asuntos más importante de la opinión pública, tener causas”.
Abundó en que durante el siglo pasado, el PRI se consolidó gracias a ser un partido cercano a las causas populares, de manera que la ciudadanía “encontraba en el PRI un espejo donde sus necesidades e ideales resonaban”, lo cual fue decayendo a medida que los cuadros partidistas comenzaron a optar por decisiones pragmáticas a cambio de ganancias políticas.
Finalmente, señaló que la renovación del partido deberá estar acompañada por la introducción de liderazgos y militantes jóvenes, y citó una encuesta elaborada por la casa encuestadora Mitofsky al interior del partido, que reveló que la mayoría de la militancia “le apuesta a los rostros nuevos para renovar al partido”.
“El PRI está obligado a entrar en este debate. Estamos obligados a cambiar las formas, porque si no cambiamos, no volveremos a ser opción. El mensaje del primero de julio fue muy contundente de parte de la ciudadanía, pero también de los mismos priistas: así no”, concluyó.