En la majestuosa Sierra Tarahumara, una región conocida por su rica biodiversidad y paisajes impresionantes, se desata una terrible amenaza que despertó el temor en los corazones de quienes habitan en sus cercanías, se trata de los incendios forestales, que se extienden rápidamente y consumen todo a su paso.
La investigación data desde el 21 de mayo, cuando siete incendios estallaron en diferentes puntos de la sierra. Con una superficie preliminar de 528 hectáreas afectadas, los combatientes y autoridades locales se apresuraron a enfrentar el desafío que se avecinaba, la situación parecía controlable en un principio, pero pronto se desataría una catástrofe natural.
A medida que los días pasan, el fuego se propaga sin piedad; las llamas se alimentan de la vegetación y los árboles, devorando todo a su paso. Las comunidades de Chínipas, Guadalupe y Calvo, Guachochi, Buenaventura y Uruachi se encuentran en el epicentro de esta catástrofe y cada municipio lucha incansablemente por proteger su tierra y su gente.
El 4 de junio, un informe desgarrador de la Tarjeta Diaria de la Comisión Nacional Forestal reveló la devastación que ha causado la implacable ola de incendios. Un total de 12 mil 276 hectáreas han sido arrasadas por el fuego, en 11 incendios diferentes que se descontrolan en la sierra. La magnitud de la destrucción es desgarradora, y la esperanza parece desvanecerse.
En Chínipas, los valientes combatientes lograron controlar el incendio después de que consumiera 800 hectáreas de bosque; sin embargo, las secuelas permanecen visibles, dejando una cicatriz en el paisaje.
Guadalupe y Calvo también se enfrenta a una dura batalla, con dos mil 464 hectáreas afectadas en distintos focos. Afortunadamente, algunos de los incendios han sido liquidados y controlados por completo, dando un rayo de esperanza en medio de la oscuridad.
Guachochi, Buenaventura y Uruachi lamentan la pérdida de vastas extensiones de su territorio. Estos municipios sufrieron la destrucción de tres mil 600 hectáreas cada uno, dejando a su paso una estampa desoladora. Mientras tanto; en Morelos, Balleza y Chínipas, el fuego se había cobrado más de 280 hectáreas, recordando a todos la fragilidad de la naturaleza frente a la fuerza del fuego.
Sin embargo, no todo está perdido, un equipo de 394 combatientes, valientes y decididos, se une para enfrentar la adversidad. Equipados con su determinación y conocimientos especializados, luchan sin descanso contra las llamas.
El Equipo Estatal de Manejo de Incidentes (EEMI), una alianza entre la Conafor, Gobierno del Estado, Protección Civil, CONANP y el Municipio de Guadalupe y Calvo, lideraba la coordinación de los esfuerzos combinados para hacer frente a la catástrofe.
Nota publicada en: El Sol de Parral