Basura, llantas, aparatos electrónicos, botellas de vidrio y hasta cadáveres de animales adornan al menos tres entronques de la carretera Parral-Jiménez. Es el camino que conduce a Ejido Guillermo Baca el que más basura acumula y que no solo afecta la estética del camino, sino que también forman un foco de riesgo ambiental y de salud pública.
Durante un recorrido realizado por personal de esta Casa Editora, se pudo constatar que en al menos tres entronques que conforman la carretera Parral-Jiménez y que forman parte de la región de Parral son de los que más basura acumulan.
➡️ Únete al canal de WhatsApp de El Heraldo de Chihuahua
En esos lugares se pudo observar diversos desperdicios de basura, como llantas, bolsas de plástico, restos de aparatos electrónicos, botellas de vidrio y hasta cadáveres de animales, lo que no sólo afecta el paisaje de entrada a la ciudad de Parral, sino que representan un riesgo de contaminación ambiental.
Sobre el kilómetro 13 más 500 de la carretera se encuentra el entronque al ejido Guillermo Baca, lugar en el que desde metros antes de tomar el camino para entrar se puede divisar la basura acumulada.
Estos desperdicios son provocados por los propios pobladores del lugar, ya que en ese sector es donde suele pasar el camión recolector de basura, el cual, según dieron a conocer los lugareños que decidieron omitir sus nombres por temor a represalias, debería pasar de dos a tres veces por semana.
Sin embargo, por cuestiones desconocidas en ocasiones no pasa y genera que se continúe acumulando y hasta que da una mala vista tanto a los turistas como a los habitantes locales y que con el fuerte calor desprenden olores fétidos.
“Es lamentable ver cómo esta parte de la carretera siempre da mala imagen debido a la basura, pero no es culpa nuestra, sino de las autoridades que no acuden hasta nuestros hogares para recoger la basura. En cambio, nos dicen que la dejemos en este lugar y después ellos pasarán por ella.”, afirmaron.
No obstante, según dijeron, no pasan ni 24 horas de haber retirado la basura del lugar para cuando nuevamente se encuentra igual, siendo este el “pan de cada día” a la vista de los viajeros.
Asimismo, sobre el kilómetro 15 en los accesos al poblado de Estación Adela se encuentra la acumulación de basura, misma que pese a no ser en grandes cantidades como en el caso de Ejido Guillermo Baca, da mala imagen al paisaje.
Los habitantes de la zona han expresado su descontento ante la creciente cantidad de desechos que se acumulan en medio de la carretera. Plásticos, botellas, latas y otros residuos se han convertido en parte del paisaje, afectando no sólo la imagen de la comunidad, sino un riesgo de contaminación.
El problema se agrava cuando personal recolector falla y se va generando la acumulación de residuos y desperdicios, aunado a la falta de conciencia ambiental y la escasa infraestructura para la recolección de basura que contribuye a esta problemática.
A pesar de que las autoridades han intentado implementar medidas para mitigar este problema, como la colocación de contenedores de basura y la realización de jornadas de limpieza, los resultados han sido limitados.
Esto debido a la falta de compromiso por parte de algunos usuarios de la carretera y personas que viven aledañas a la misma, además de la insuficiencia de recursos para el mantenimiento de la zona que han obstaculizado los esfuerzos realizados.
Por último, en el acceso a la localidad de Talamantes, sobre el kilómetro 18 de la carretera Parral-Jiménez, aunque en dicha ocasión se encontraba limpia, se podía observar que en dicho lugar también suele mantenerse lleno de basura.
Lo anterior, ya que en el lugar se podían observar algunos residuos de basura, manchas de líquidos, pedazos de ropa, restos de comida y hasta botellas de vidrio, lo que deja un claro ejemplo de la falta de limpieza a la hora de recoger la basura.
La situación deplorable en la que se mantiene la carretera Parral-Jiménez es un llamado de atención a las autoridades correspondientes, quienes deben actuar en favor de que esta situación termine, ya que representa un riesgo para la salud tanto de los habitantes de los diferentes ejidos, como para los viajeros.