"No me rajo, primero me muero que dejar a mis hijos", fueron las palabras de Martín López Bustillos, padre soltero de cuatro hijos, quienes viven de manera precaria en un cuarto prestado, por circunstancias de la vida la madre de los niños los abandonó, ahora Martín se gana la vida cantando con una bocina en las calles, durante esta contingencia de las lluvias el Municipio los ayudó con hule negro, alimentos y el Presidente se comprometió a apoyarlos con los uniformes, calzado y los útiles escolares.
Martin López Bustillos, padre soltero de cuatro hijos, señaló que desde siempre ha estado al pendiente de los niños, la mamá de los pequeños los abandonó, ellos actualmente están viviendo en la calle Sierra Nevada 220 del fraccionamiento Montañas, es una casa que se encuentra en obra negra ya que se la prestó un primo que trabaja en los Estados Unidos y se las encargó.
Para él ha sido difícil ser padre y madre al mismo tiempo, ya que comentó que hace los quehaceres del hogar, distribuye su tiempo para estar con ellos y atenderlos, consideró que es pesado el lavar la ropa, hacerles comida, ayudarlos con sus tareas, no los puede descuidar porque quiere que sus hijos sean gente de bien, ahora con esta temporada de lluvias dejó de trabajar alrededor de una semana ya que todos los días estuvo lloviendo.
Señaló que ser padre soltero es un arduo trabajo, es una responsabilidad muy grande que con la ayuda de Dios han podido salir adelante, comentó que por circunstancias de la vida la madre de los niños ya no vio por ellos y se tuvo que separar, sus hijos actualmente están estudiando la primaria, en primer grado está Francisca de seis años, en tercero Abraham de ocho años, en cuarto Martín de 10 años y María de Jesús, su hija la mayor de 12 años está ya en sexto grado.
Además de que se encuentra en malas condiciones el cuarto donde habitan los cinco, ya que se trasmina el agua por las paredes y se gotea, tiene que salir a trabajar a la calle y ganar lo que la gente le dé por cantar alguna de sus canciones, él se considera cantante del género grupero y ranchero, donde por lo general trabaja en los camiones urbanos, los restaurantes y puestos de comida, en los cajeros automáticos, en las paradas de autobuses y en ocasiones afuera del Edificio de Gobierno.
Indicó Martín que en esta temporada todo se le juntó, las lluvias no le permitieron salir a cantar en las calles, la entrada de los niños a la escuela, tener los gastos de los útiles escolares y la necesidad de arreglar el cuarto que habitan ya que padece de goteras, sin embargo, en una visita que hizo el Presidente Municipal por la colonia, ya que inauguró la pavimentación de esa calle, dijo que le tendió la mano al mandarle hule negro para las goteras, le dejó una despensa y se comprometió a que lo apoyaría con los útiles escolares, los uniformes y el calzado de los niños.
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En las calles, su nombre artístico es el Escorpión de Durango y la gente que anda en los camiones ya lo conoce, no se puede quejar, saca para comer y sacar adelante a sus hijos, las personas le dan lo que es su voluntad, así también agradece a Dios el tener una familia que lo quiere, donde dijo "no me rajo, primero me muero que dejar a mis hijos”, la responsabilidad es muy grande y los niños no tiene la culpa de los errores de sus padres.