El obispo de la Diócesis de Parral, Mauricio Urrea Carrillo, presidió la misa de bienvenida de las reliquias de primer grado del beato Carlo Acutis, resaltando que ha sido declarado oficialmente por la Iglesia como beato, lo que significa que ya goza de la felicidad eterna a la que hemos sido destinados.
Este día, ante la presencia de las reliquias del beato Carlo Acutis, el obispo Mauricio Urrea Carrillo presidió la misa de bienvenida a la que acudieron cientos de feligreses.
En su homilía, el líder pastoral señaló que esta ocasión, permitida por Dios, tiene una función y un cometido específico en nuestras vidas.
“En medio de este mundo tan particular en el que nos tocó vivir, también El Señor se hace presente con toda su fuerza, demostrando a todos aquellos que se sienten desanimados, desorientados, faltos de esperanza, que es posible vivir según Dios”, dijo.
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Indicó que en las circunstancias humanas y en la sociedad que nos toque vivir, siempre que haya un ser humano dispuesto, abierto y dócil a la gracia de Dios, ahí se hará presente el Señor en su vida como luz para los demás.
Resaltó que estamos próximos a lo que, si Dios quiere, será la canonización del beato Carlo Acutis, su declaración como un santo más en el santoral de la Iglesia.
“Vivimos con esta efusión de júbilo espiritual. Su beatitud ha sido declarada oficialmente por la Iglesia como beato, es decir, dichoso que ya desde este mundo y mucho más ahora en la gloria, goza de la felicidad eterna a la que hemos sido destinados”, afirmó.
Manifestó que para los ojos del mundo, la santidad es un camino despreciable porque no redunda monetariamente, porque tampoco es poder sobre los hombres, y porque no es la comodidad que se busca a toda costa. Sin embargo, es que es tener el corazón pobre de todo aquello que lo llena innecesariamente y que lo único que esté ahí sea Dios.
Publicada originalmente en El Sol de Parral
