Ante el segundo aniversario del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, así como del guía de turistas Pedro Palma, así como de miles de víctimas de la violencia por todo el país, los Obispos de México manifestaron que este hecho ha permitido resignificar el dolor que mora en los corazones de muchos rincones del país; construir un movimiento compartido que tiene la paz como horizonte y las víctimas de la violencia como punto de partida. Por lo que a lo largo de este camino ha permanecido la convicción de compartir objetivos comunes, y alzar la voz para exigir, construir acciones concretas en materia de seguridad, justicia y tejido social.
Ante ello., mediante un comunicado firmado por Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano; Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano; José Luis Loyola Abogado, MSpS presidente de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México (CIRM); Luis Gerardo Moro Madrid, SJ Prepósito Provincial Compañía de Jesús en México y Denisse Arana Escobar, secretaria ejecutiva Dimensión Episcopal para los Laicos emitieron un mensaje.
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En el marco de este aniversario se dio inicio a la tercera etapa del Diálogo Nacional por la Paz, por lo que invitaron a las personas de buena voluntad a sumarse a las acciones.
Expusieron que los diálogos por la paz son espacios de encuentro entre funcionarios públicos y ciudadanos para dar seguimiento, ya que la intención es edificar puentes entre los distintos sectores y órdenes de gobierno para construir acuerdos que permitan imaginar y construir un futuro posible.
Dentro de las acciones se encuentran los proyectos locales de paz, que se refieren a procesos locales donde se articulan distintas acciones impulsadas por la ciudadanía para contribuir a la construcción de condiciones para la paz desde la familia, las escuelas, los barrios o las empresas.
Con estas dos acciones, los líderes pastorales desean implementar la Agenda Nacional de Paz, un horizonte consensado entre diferentes actores y una ruta de trabajo que surge de las buenas prácticas identificadas.
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En los Proyectos Locales de Paz se concretan las catorce acciones locales impulsadas en conversatorios y foros; asimismo, en los Diálogos por la Paz se establecen las siete acciones nacionales: tejido social, seguridad, justicia, cárceles, juventudes, gobernanza y derechos humanos.
“El asesinato de los padres Javier y Joaquín nos ha permitido resignificar el dolor que mora en los corazones de muchos rincones del país, construir un movimiento compartido que tiene la paz como horizonte y las víctimas de la violencia como punto de partida y estar dispuestos a no claudicar hasta volver habitable cada territorio del país”, exponen.
Resaltaron que a lo largo de estos dos años han recorrido los estados recogiendo más de 60 mil miradas que reflejan un diagnóstico comunitario, cientos de buenas prácticas y acuerdos de colaboración, plasmados en la Agenda Nacional de Paz y el Compromiso por la Paz.
“Todo este camino ha dejado la convicción de articularnos, la certeza de compartir objetivos comunes, la corresponsabilidad para asumir el reto y la voz para exigir y construir acciones concretas en materia de seguridad, justicia y tejido social”, subrayan.
Publicada originalmente en El Sol de Parral