Por completo se secó en semanas pasadas el ojo de Atotonilco, un destino turístico ubicado en el municipio de López, siendo esta la segunda vez en tres años que se encuentra en dichas condiciones.
Su nombre proviene del Náhuatl "Atl", que quiere decir agua y "Totonqui", que significa caliente y se encuentra a 22 kilómetros de la cabecera municipal de Jiménez.
A través de la historia este balneario ha sido un destino turístico único en la región sur del estado, el cual debido a las condiciones del clima ha quedado seco, impidiendo que la población pueda disfrutar de sus aguas y albercas en temporada de calor.
➡️ Únete al canal de WhatsApp de El Heraldo de Chihuahua
Esta es la segunda vez en tres años que se queda totalmente seco, ya que en abril de 2021 el espejo de agua formado por este oasis en medio del desierto, se secó ante la falta de lluvias, sin contar el abatimiento de los mantos freáticos, que pareciera que, en acto de defensa, cada vez esconden más el preciado líquido de sus entrañas.
A pesar de que en los últimos días se han presentado lluvias en Villa López, no han sido suficientes para captar el líquido y que este lugar recupere el nivel que tenía.
Sin embargo, la población mantiene la esperanza de que vuelva a ser lo que en otra época representó para el poblado y su fundación y que las lluvias de los próximos meses puedan ser positivas.
Dicho cuerpo acuático fue un factor determinante para la conformación de asentamientos de los indios Tobosos, así como de las órdenes de los franciscanos durante la colonización.
HASTA SEPTIEMBRE SE REABASTECERÍA
Prevén que el venero del Ojo de Atotonilco en Villa López pueda volver a resurgir al recibir los escurrimientos de las lluvias en la región, mismas que puedan llegar durante lo que resta de julio, agosto y septiembre, según informó Roberto Baca, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Jiménez, quien expuso que hace tres años se tuvo un panorama similar. Asimismo, agregó que este tipo de espacios acuáticos se rellenan con los escurrimientos de la tierra, y que pasa lo mismo con las norias y los pozos.
El fin de semana pasado se dio a conocer la postura de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en su representación Jiménez respecto al venero del Ojo de Atotonilco en Villa López, mismo que se encuentra seco debido a la escasez de lluvias durante los últimos meses.
Según expuso Roberto Baca, titular de dicha secretaría, esta es una situación atípica, ya que no es normal que los veneros se queden secos, aunque recordó que hace tres o cuatro años sucedió lo mismo en el ojo de Atotonilco, donde quedó sin agua.
Así pues, explicó que este tipo de espacios acuáticos dependen al cien por ciento de los escurrimientos de la tierra a los mantos subterráneos, mismos que se rellenan después de cada lluvia, y que pese a la falta de la actividad pluvial, estos se han secado en la región sur.
Señaló que en el caso del ojo de Atotonilco en Villa López existe probabilidad de que vuelva a resurgir el agua y vuelva a formarse todo el espacio como de antaño, y que de acuerdo al pronóstico de lluvias, pudiera ser posible para después de septiembre.
Roberto Baca, titular de la Sader en Jiménez, dijo que en el temporal de escasez de lluvias, los veneros tardarían hasta uno o dos años en volverse a llenar de agua, pero destacó que no es el caso de Villa López y su región.
Expuso que de acuerdo al pronóstico de lluvias que emitió Protección Civil del Estado, pudiera haber actividad pluvial durante julio, agosto y septiembre, y esto permitiría que el venero del Ojo de Atotonilco pueda volverse a llenar, dando plazo para después de septiembre.
Finalizó su entrevista explicando que es la misma situación para los pozos y norias, mismas que dependen de las lluvias y su escurrimiento en la tierra subterránea.
NO ES EL PRIMERO DE LA LISTA
La prolongada sequía que ha azotado severamente al estado de Chihuahua desde el año pasado, ha cobrado factura en otros cuerpos de agua, reduciéndolos casi a charcos o secándolos por completo.
Hace poco más de un mes, El Heraldo de Chihuahua dio cuenta de la precaria condición en la que se encontraba el lago de Arareko, uno de los espejos de agua más visitados en la entidad y de enorme importancia económica para la comunidad de Bocoyna.
En un recorrido por el lugar se pudo observar que la tierra seca y agrietada era parte del panorama en el lago, el cual redujo su superficie en al menos 50% ante la falta de lluvias. Los ríos que cruzan por el camino a la zona serrana se encontraban secos o agonizantes, entre ellos el río San Pedro y el río Bocoyna.
María Celia González, artesana y residente de San Ignacio de Arareko destacó que el cuerpo de agua empezó a secarse desde el año pasado. Lamentó que la llegada de turistas con el cuerpo de agua menguado era a cuentagotas.
En el recorrido se constató que el lago se fraccionó, la parte central contaba con un poco de agua, sin embargo el nivel era muy bajo, luego había una parte totalmente seca donde la tierra estaba muy agrietada y una parte más atrás que quedó como una alberca, porque el agua ya no alcanzaba a los ranchitos a donde antes llegaba.
El ingeniero Humberto Molinas Hernández, director de Desarrollo Forestal y Recursos Naturales de la Secretaría de Desarrollo Rural explicó semanas atrás que los estudios en el lago de Arareko arrojaron que en los últimos dos años no hubo recarga de agua debido a la falta de precipitación.
Además de la falta de lluvias se registran temperaturas tan extremas que generan una evaporación más rápida.
El Lago de Arareko es un cuerpo de agua artificial construido en la década de los setenta por la comunidad del ejido de Arareko, está ubicado a 8 kilómetros de Creel, en el municipio de Bocoyna. La longitud era de 3 kilómetros en una superficie de 40 hectáreas. Su longitud disminuyó más del 50 por ciento y el nivel de agua que tiene es muy bajo.
El agua que alimenta este cuerpo proviene de las precipitaciones pluviales y de los escurrimientos de arroyos que bajan de los cerros que conforman la microcuenca.
La sequía estaba apagando la imponente belleza de este sitio, sin embargo, gracias a las lluvias copiosas del presente mes, el lago de Arareko ha recuperado un poco de su nivel y la vegetación de las inmediaciones está volviendo a la vida.
LAGUNA DE BUSTILLOS DIO LA VUELTA AL MUNDO
También durante el mes de junio, en el punto más álgido de la sequía en el estado, la noticia de la muerte de cientos de miles de peces en la laguna de Bustillos, ubicada en el municipio de Cuauhtémoc, trascendió al ámbito nacional e internacional. Las altas temperaturas y la falta de lluvia evaporaron casi en su totalidad al cuerpo de agua.
Hace un par de días, en seguimiento a las revisiones constantes a la laguna de Bustillos ubicada en el seccional de Anáhuac, el Departamento de Ecología de Cuauhtémoc reportó una recuperación moderada del cuerpo de agua que naturalmente abarca más de 14 mil hectáreas.
En su momento, autoridades seccionales y municipales, señalaron que la prolongada sequía del año 2023, ocasionó serios daños a la fauna acuática al secarse una importante superficie de agua, dejando a miles de peces varados, lo que fue un factor de contaminación severa.
Sin embargo, la coordinación entre autoridades de los tres niveles de gobierno permitió reducir las afectaciones al sepultar una importante cantidad de pescados en cal, además de establecer estudios por parte de especialistas para determinar la causa de muerte.
Al respecto, la titular de Ecología Municipal, Irma de la Peña Meraz, dijo que constantemente se realiza una supervisión en la zona en donde quedaron enterrados los peces, esto con el fin de descartar cualquier riesgo de contaminación que pudiera afectar la salud de familias que habitan en las comunidades rurales aledañas a la Laguna de Bustillos.
La funcionaria municipal precisó que al momento no existe ningún tipo de riesgos a la salud de los pobladores, ya que tanto las condiciones de altas temperaturas como de el uso de cal, permitieron que los pescados se secaran y con ello se evitó un estado de descomposición que fuera factor de fauna nociva como moscas.
Dijo que aún existen hallazgos de pequeñas cantidades de pescados que no fue posible enterrarlo al estar en puntos de difícil acceso para la maquinaria como para las personas que participaron en las acciones de limpieza, recalcando que estos peces muertos no representan riesgos de contaminación.
Si bien se detectó un porcentaje de contaminación en el agua de la Laguna de Bustillos, Irma de la Peña aseveró que esto no fue la causa de la muerte de cientos de miles de peces, reiterando que la falta de agua y las altas temperaturas registradas hasta el mes de junio, contribuyeron a la mortandad de peces.
Finalmente, dijo que las precipitaciones pluviales que se han presentado en la región han contribuido a la recuperación del espejo de la Laguna de Bustillos, aunque destacó que estos es mínimo, por lo que se esperan más lluvias para el aumento de los niveles de agua de uno de los humedales más importantes del país.