En un pintoresco rincón de la ciudad de Parral, lejos de las luces de la Torre Eiffel pero cercano al encanto de la cotidianidad, parejas locales han adoptado una romántica tradición que ha conquistado corazones alrededor del mundo: la colocación de candados en el Puente Colgante. Inspirados por la famosa escena del Puente de las Artes en París, donde miles de enamorados han inmortalizado su compromiso, los parralenses han encontrado en este icónico lugar un escenario perfecto para jurarse "amor eterno".
Aunque el Puente Colgante de Parral no goza de la misma fama internacional que su contraparte parisina, ha ganado un lugar especial en los corazones de los locales. Decenas de parejas han participado en este emotivo ritual, donde el acto de colocar un candado adquiere un significado profundo y simbólico.
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Más allá de ser un gesto romántico, la cerradura representa el compromiso duradero que estas parejas están dispuestas a asumir. Es una promesa tangible de amor eterno, sellada con el sonido metálico del candado cerrándose, un sonido que resuena como un eco de compromiso a lo largo del puente.
¿Por qué un candado en un puente?
Al igual que en París, donde los enamorados lanzan la llave del candado al río Sena como un símbolo de su unión inquebrantable, aquí, las parejas depositan su esperanza en el río Parral. Este gesto no solo representa la liberación de las preocupaciones y barreras, sino también la confianza en que su amor fluya libre y perdure en el tiempo.
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Cada candado cuenta una historia única: desde las fechas grabadas hasta las frases emotivas que expresan el compromiso de por vida. El Puente Colgante se convierte así en un testigo silencioso de los sueños compartidos, las alegrías compartidas y los desafíos superados por estas parejas. A medida que los candados se acumulan, el puente se convierte en un testimonio visual del poder del amor y la conexión humana.
Los parralenses esperan que estas cerraduras, como pequeñas cápsulas del tiempo, sirvan como recordatorio de las promesas hechas en el Puente Colgante.
Aunque el gesto pueda parecer sencillo, la esperanza es que estas parejas vivan sus vidas juntas en amor, enfrentando cada desafío con la misma fortaleza con la que cerraron sus candados.
Así, mientras París tiene su Puente de las Artes, Parral tiene su propio rincón romántico en el Puente Colgante, donde el amor florece y se solidifica con cada candado que se une a la cadena de compromisos eternos. ¡No es París, pero es el hogar de innumerables historias de amor que perdurarán a lo largo de los años en las aguas del río Parral!
Publicada originalmente en El Sol de Parral