Se conmemoran ya quince años, de la trágica inundación del “Arroyo Alamillo”, que se recuerda en carne viva, como si fuera ayer, por los parralenses, ya que ha sido una de las más devastadoras en la ciudad, la cual dejó al menos cuatro pérdidas humanas y grandes daños en viviendas, automóviles, puentes y en el Panteón de Dolores.
En la memoria de los parralenses sigue guardado el recuerdo de la trágica inundación del 2008, que han afectado a la ciudad, aterrorizando a quienes fueron testigos de las pérdidas provocadas por la furia de la naturaleza, que, hasta el día de hoy, deja una huella imborrable entre los habitantes.
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El silencio de la noche fue interrumpido por el fuerte sonido de la lluvia; el sueño de los habitantes de este sector se convirtió en pesadilla, en horas de angustia, ansiedad, rezos y esperando la ayuda, así fue la inundación de El Alamillo, evocación al cumplirse 15 años de aquél “Sábado o Agosto Negro”, del 30 de agosto de 2008.
Ya han transcurrido 15 años de aquella cuarta inundación que se registró en Parral en el año 2008, que provocó devastación y pérdidas humanas por el desbordamiento del arroyo El Alamillo. Parral ha sido epicentro de diversas inundaciones que marcaron la historia de muchas familias a través de los años, cada espacio rescata la catástrofe provocada por la fuerza de las lluvias, que arrasan todo a su paso sin miramientos, dejando una estela de muerte y destrucción.
El torrencial lluvioso empezó el 30 de agosto y continuó hasta el día 1 de septiembre con mayor intensidad, cabe señalar que de acuerdo a los datos del servicio meteorológico local de Parral llovieron 187 milímetros, que tomó por sorpresa a las familias de las colonias cercanas al arroyo del Alamillo, tratándose de una situación amarga que estremeció a las familias, ante tal contingencia, donde fueron cuantificados 100 millones de pesos en daños materiales.
El sueño de los habitantes de este sector se convirtió en pesadilla, en horas de angustia, ansiedad y rezos esperando la ayuda
Los daños que ocasionó la inundación del 2008, según reseñas oficiales de Gobierno del Estado de Chihuahua, fueron más de mil viviendas, tres puentes, tres personas fallecidas, decenas de autos y 15 cadáveres arrastrados por un desgajamiento de un costado del Panteón de Dolores.
En breve una reseña del recuerdo que siempre quedará en la memoria de aquella trágica noche-madrigada del nombrado “Sábado o Agosto Negro” del año 2008, provocada por una intensa lluvia dejando a su paso destrucción, tragedia, desolación y dolor entre las familias que se vieron afectadas.
Ante lo cual la población quedó marcada por la noche del sábado 30 y la madrugada del domingo 31 de agosto del año 2008, cuando las intensas lluvias convertidas en una tromba, azotaron nuestra ciudad, ya que se vienen los recuerdos, sobre todo por el sector del arroyo “El Alamillo”, donde el agua hundió a la zona en una escena espantosa.
Dejando a su paso, una gran demolición, observándose familias que sacaban de las viviendas sus muebles y demás bienes, debido a que el agua que ingresó a los hogares, la cual superó el metro y medio de altura; paredes caídas, ventanas rotas, lodo y mucha agua, se podían visualizar.
Así como los inmuebles totalmente inhabitables, personas desesperadas buscando refugio entre sus familiares, al no poder habitar ya sus hogares, ubicados en las colonias, Las Fuentes primera etapa, Praderas, Del Parque y del Centro, principalmente.
Es de recordar que fue alrededor de las 9 de la mañana del 31 de agosto, que el nivel del agua comenzó a ceder y las precipitaciones aminoraron; sin embargo, Protección Civil activó la alerta Naranja debido a la tendencia ascendente de los niveles de arroyos y del propio río, además de la persistencia de las lluvias.
Cabe hacer mención que ese fin de semana, se estimó que había caído más de la mitad de las lluvias de todo el año, en lo que fue un fenómeno muy violento que sacudió la ciudad con el desbordamiento del Río Parral, pero sobre todo del arroyo El Alamillo, además de provocar desprendimientos de tierra y deslaves en algunos sectores.
Por otra parte, en las primeras horas del domingo 31 de agosto, era imposible cuantificar a simple vista los daños ocasionados por la tromba, ya que todo se mostraba aterrador en cada rincón de la ciudad y los testigos oculares no daban crédito a lo que había sucedido.
A través de la historia, se ha mencionado que Parral, fue edificado en una zona de inundaciones, al momento en que fue fundado al descubrir la plata en estas tierras, se construyeron las primeras viviendas y templos muy cerca de la Mina La Prieta, por lo que no con el tiempo no fue posible realizar una reubicación completa.
Por otro lado, y de acuerdo a un censo final de los daños, se describen 217 microempresas y comercios fueron afectados, parcial y totalmente, sumando 268 millones de pesos derivados de las pérdidas. Alrededor de 16 colonias se vieron afectadas, de acuerdo al reporte por parte de Protección Civil del Estado, en el cual indicaron que 857 viviendas se encontraron dañadas, 276 vehículos se vieron siniestrados.
Además, se reportaron 157 viviendas rurales destruidas, 42 de ellas con pérdida total, 158 hectáreas de cultivos siniestrados y 33 norias clausuradas. El desastre cobró las vidas de al menos cuatro parralenses; aunque se dice que pudieron haber sido más víctimas.
Hoy Parral está de pie después de 15 años, de esta devastación provocada por esta inundación que dejó los resultados antes señalados y se recuerda como un trago amargo dejando marcadas a las familias de los sectores mayormente afectados.
Nota publicada originalmente en El Sol de Parral