En lo que va del año, se ha consumido la mitad del agua de las presas San Gabriel y Pico de Águila, esto de acuerdo con la información dada a conocer por la Comisión Nacional del Agua; se expuso que se encuentran al 56 y al 40 por ciento.
Según los últimos reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), las presas San Gabriel y Pico de Águila han alcanzado niveles críticos de suministro de agua, con un uso que ha agotado aproximadamente la mitad de sus reservas en lo que va del año.
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Esta preocupante situación se traduce en porcentajes alarmantes: la presa San Gabriel se encuentra al 56%, mientras que la presa Pico de Águila está al 40% de su capacidad.
Esta revelación plantea un escenario preocupante para la disponibilidad futura de agua en la región, ya que la sobreexplotación de estos recursos hídricos es una señal clara de un uso insostenible y una demanda creciente.
Diversos factores han contribuido a esta disminución significativa en el nivel de las presas. El cambio climático, patrones irregulares de lluvia y un uso ineficiente del recurso han exacerbado la situación.
Según lo destacado por Roberto Baca Perea, jefe de la Sader, indicó que este escenario plantea una seria advertencia sobre la importancia de la gestión responsable del agua y la implementación de estrategias efectivas para conservar este recurso vital.
Autoridades y expertos en recursos hídricos han hecho un llamado urgente a la comunidad para adoptar medidas de conservación del agua, promoviendo el uso responsable en el hogar, la agricultura y la industria.
Estrategias como la reutilización, la captación de agua de lluvia y la implementación de tecnologías más eficientes son fundamentales en la preservación de estos embalses.
Ante esta situación, se espera que las autoridades tomen acciones concretas, implementando políticas que fomenten la conservación y regulación del uso del agua, así como la promoción de tecnologías sostenibles.
El agotamiento acelerado de las reservas de las presas San Gabriel y Pico de Águila es una llamada de atención para la sociedad y los responsables de la toma de decisiones. El cuidado y la preservación de este recurso es vital para garantizar un futuro sostenible y próspero para las generaciones venideras.
Nota publicada originalmente en El Sol de Parral