Con una duración de casi cinco horas a pie y partiendo desde la cabecera municipal de Santa Bárbara, una de las tradiciones más arraigadas es la conquista de la sierra de “Los Azules”, la cual ofrece imponentes paisajes como “Las tres cuevas de San Rafael” y el parque natural conocido como “Los Belloteros”. La senderista Karina González dijo que el itinerario surgió hace tres décadas luego de que un grupo de vecinos del barrio California popularizaron la visita hacia un manantial de la zona.
El recorrido dura entre cuatro horas y media para conocer las imponentes Cuevas de San Rafael, una postal que sólo la persona que llega a la cima puede apreciar la naturaleza que muchas veces sólo se puede observar en los cuentos o imágenes de quienes han emprendido el camino.
Afirman descendientes de quienes dieron origen a la caminata que en las cuevas vivió una persona mucho tiempo; se desconoce el nombre de quien habitaba.
➡️ Únete al canal de WhatsApp de El Heraldo de Chihuahua
El atractivo cuenta con tres cuevas, una de ellas cercada con rocas y supuestamente las colocó quien habitó para evitar que ingresaran animales o incluso sirvieran de aislante para que en temporada de invierno el frío no afectara, ya que una de las características de la Sierra de Santa Bárbara es la nieve que la cubre.
Entre la fauna se encuentra la víbora de cascabel, culebras, venado cola blanca, pumas, lechuzas, gato montés, búhos, águilas, así como halcones.
La expedición implica caminar ocho kilómetros cuesta arriba y que con el paso de las horas se torna complicada debido al terreno que puede llegar a ser tan escabroso como simple. Desde sortear ramas de árboles, hundir los pies en algún charco o en las hojas de los árboles, incluso superar rocas, es lo mínimo que la expedición se puede enfrentar.
Desde niños hasta adultos, mujeres y hombres partieron. A las 7:00 de la mañana para ser trasladados hasta un rancho no de tan fácil acceso y de gran distancia para emprender la esperada expedición.
Reunidos en la Plaza Principal los amantes de las aventuras extremas portaron sus gorras, sombreros, así como con su mochila en donde cargaban sueros, comida, agua para hidratarse y poder equilibrar el cansancio.
Al arribar al rancho, los participantes comenzaron a hacerse de sus bastones, una herramienta que en el senderismo no puede faltar, ya que cuando las fuerzas se van agotando con el paso de las horas, éste da un soporte para seguir adelante.
A las 9:00 de la mañana un contingente de 350 personas emprendió la salida, luego de que autoridades municipales, así como los guías dieran recomendaciones, principalmente evitar separarse del grupo y avisar en caso de tener algún percance.
Uno de los principales atractivos es el rostro de Cristo tallado en una enorme roca. A las 9:10 el contingente arribó a esta belleza natural en donde es imposible pasar de largo y no poder admirarla además poder llevarse la foto del recuerdo.
Bajo terrenos escabrosos continuaban su curso, el clima fue uno de los grandes aliados, se respiraba un aire fresco entre la diversa flora, pinos que dan sombra y aligera el cansancio.
Entre la vegetación está el pino, cascadas y uno de los principales atractivos como lo es la “Piedra del Cristo”, una gran roca labrada; asimismo, la Casa de Piedra donde vivió el extinto ermitaño Juanito Loera.
Hacia las 11:00 de la mañana hicieron su arribo los caminantes a las Cuevas de San Rafael, permanecieron una hora para los alimentos, tomarse la foto del recuerdo y disfrutar las riquezas naturales.
Luego de descansar, arrancó el descenso en la enorme Sierra haciendo su arribo a las 13:30 horas, el Municipio ofreció una comida para recuperar las fuerzas y energías gastadas en esta expedición donde se aprecia la naturaleza que cobija al “municipio más antiguo del estado”.
Orígenes de la tradicional caminata campestre
El guía Jesús Chávez Duarte mencionó que esta caminata campestre nació entre un grupo de amigos del reconocido barrio de California ubicado en el municipio de Santa Bárbara, uno de los sectores con mayor tradición en la comunidad.
Comentó que ese grupo que se autodenominó “Club Kumbala”, tuvo la idea de realizar una caminata entre amigos hacía un manantial ubicado en la Sierra que alimenta el barrio de la colonia Francisco I. Madero, así como el de California.
"Muchos de nosotros somos hijos de los fundadores, y con esa intención inició la caminata, originalmente no era parte del Encuentro Santabarbarino, sino como una actividad que nosotros como amigos realizábamos", expuso.
Detalló que fue tanto el interés que tuvo esta actividad que las autoridades la integraron en la programación del Encuentro Santabarbarino, sobre todo para que las personas que radican en otra ciudad conozcan los paisajes naturales que ofrece la sierra de Santa Bárbara.
“Hay gente que vivió en Santa Bárbara y que tiene muchos años fuera queda fascinada de las postales que se pueden observar en el trayecto, así fue como poco a poco se fueron sumando más personas siendo ya una tradición de nuestro grupo, así como del encuentro”, destacó.
Detalló que esta travesía ya es toda una tradición al contar con 32 años en que se desarrolla, ya que fue en el año de 1992 en que el grupo de amigos emprendieron el viaje con rumbo a las partes más recónditas de la "Ciudad más antigua del estado".
Resaltó que uno de los principales desafíos en esta edición es la tierra húmeda, debido a las recientes lluvias que se han presentado, lo cual puede provocar un resbalón por el camino en el mejor de los casos.
“Hay algo en lo que siempre insistimos a las personas que deciden realizar la caminata campestre, fijarse bien por donde pisan, ya que es temporada de víboras, y en algún mal paso podemos ponerlas alerta y generar una mordedura”, informó.
Otra de las recomendaciones primordiales que se hace a las personas es que no se aparten del grupo, es decir mantenerse congregados para evitar que alguien se pueda perder por ello es necesario seguir las instrucciones que los guías emiten, ya que conocen del terreno y saben de los desafíos que se pueden presentar.
Enfatizó que previo a la caminata los miembros que originaron esta caminata acuden a la Sierra para trazar el camino, en donde se colocan listones en las ramas de los árboles para detectar la ruta que las personas deben de seguir para prevenir que los caminantes lleguen a desviar su curso y puedan perderse.
Víctor Alfonso Cruz, otro de los guías argumentó que en el año 2000 estando de presidente municipal, José de la Luz Burciaga, el Club Kumbala dirigido por José Luis Almanzan se junta con Grupo Scout al frente de Agustín “Chacho” Macías, y dan origen a la tradicional caminata campestre como parte ya del Encuentro Santabarbarino.
Indicó que tras esa unión de grupos se tuvo el apoyo al 100 por ciento de las autoridades municipales, siendo la primera expedición a la Cueva de San Rafael y posteriormente al descubrimiento de las diversas cuevas que se encuentran en el municipio.
“Tenemos diferente fauna en la Sierra los cuales se pueden atravesar en el camino, podemos quizá verlos, o no pero siempre les hacemos hincapié en que tengan mucho cuidado, el año antepasado nos salieron al paso dos víboras, y lo que recomendamos es que no les hagan nada”, mencionó.
Señaló que al ser Técnico en Urgencias Médicas en representación de Protección Civil cada año asisten con un equipo de primeros auxilios para brindar pronta atención en caso de alguna emergencia.
Participa por primera vez en una caminata campestre a la Sierra de Santa Bárbara
La maestra Amelia Cazares calificó esta primera experiencia como algo impresionante; sin embargo, destacó que es una caminata con un trayecto pesado debido al terreno tan diverso que ofrece la Sierra de Santa Bárbara.
“Yo no conocía el camino, a lo desconocido siempre va uno con la alerta de lo que verá y sobre todo en donde y que es lo que pisara, pero realmente si fue una experiencia muy bonita de la cual no me arrepiento”, dijo.
Explicó que dentro de sus planes no estaba contemplado participar en la caminata campestre; no obstante, ante la insistencia de sus familiares decidió emprender el camino, con la certeza de que no llegaría al culmen donde la esperaba un postal adornada con tres cuevas, y una vegetación tan diversa.
“Mi expectativa siempre fue llegar a donde pudiera, no venía con la intención de llegar hasta el final, yo me concienticé de que iba a venir y que si lo lograba que bueno y sino hasta donde las fuerzas me dieran; sin embargo, casi a punto de llegar me iba a quedar, solo 20 minutos me faltaban, pero de pronto sentí el impulso de seguir, ya que si había hecho el sacrificio de caminar por dos horas porque no iba a subir hasta la meta y eso fue lo que me impulsó”, explicó.
Resaltó que una de las cosas que más disfrutó fue la armonía de las cascadas que se presentan en el transcurso de la caminata, además de la naturaleza en donde describió sentir que respiraba otro tipo de oxígeno dadas las condiciones que la Sierra ofrece.
Describió que las principales dificultades que enfrentó fue desconocer el camino, lo cual provocó que fuera precavida en cada uno de los pasos que ejercía, posteriormente lograr superar las rocas que de no cruzarlas le impedirían poder continuar ya que se encuentran en pendientes que tornan la escena más complicada.
“Por más que estuve pendiente donde pisaba, al momento de bajar en una parte del trayecto debido al gran cúmulo de hojas me resbalé, pero fuera de ello me pareció una experiencia muy bonita y divertida, ojalá más personas se atrevieran a disfrutar de esta naturaleza que tenemos en nuestro municipio”, declaró.
Tres años consecutivos de participar con su hija a cuestas logra llegar a la meta
Karina González Zapien de 31 años de edad comentó que esta ha sido la tercera edición en la que participa de la gran caminata campestre una de las experiencias que ha vivido y de la cual conserva diversas anécdotas.
Subrayó que el año pasado el camino fue más difícil de poder superar, ya que se presentaron trayectos en donde incluso se tenía que resbalar para poder continuar, situación que hizo junto a su bebé.
“Este año fue más fácil para mí, no batalle tanto a pesar de que traía a mi hija, pero el hecho de admirar las tres cuevas fue algo muy impresionante que es con lo que me quedo y poder convivir con mi familia que fueron con quienes acudí a esta expedición”, resaltó.
Indicó que la primera caminata a la que acudió con su hija tenía siete meses y en esta un año y medio, y a pesar de que recorre el trayecto con su hija en brazos siempre mantiene el firme objetivo de llegar a la meta, por ello previo a esta actividad se prepara físicamente para poder lograrlo.
Nota: El Sol de Parral