Con el saco, pantalón y pluma en el sombrero combinados perfectamente en un vistoso color azul, además de los zapatos impecables y lustrados, Juan Eduardo Magdaleno Gómez, pachuco elegante, recorre las céntricas calles del primer cuadro de la ciudad de Chihuahua, levantando la admiración de los paseantes dominicales.
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Juan Eduardo, de 62 años de edad, hace honor a una de las primeras culturas urbanas en Chihuahua, que tuvo su auge durante la primera mitad del siglo pasado, y que permeó a otras generaciones que guardan las reglas de etiquetas obligatorias, para ser considerado como pachucos reales.
En el paseo dominical, el pachuco camina tomado de la mano de su amada, Laura Montoya, quien también se declaró pachuca, y feliz de que el buen clima y las condiciones de la restricción de la pandemia, permitan dar su tradicional paseo dominical.
Entre las características, predominan la ropa formal, de saco y pantalón de vestir, pero evidentemente muy holgadas, la cabeza debe ir tocada con un sombrero, ataviado con un elemento distintivo, que en el caso de Juan Eduardo es una extensa pluma a juego con el color de su traje; zapatos de vestir, y una larga cadena, que como los elementos anteriores, sus dimensiones son excesivas y evidentes. Todo el conjunto da la facha al pachuco elegante.
También se distinguen por ser excelentes bailarines, con rutinas de fantasía al ritmo de las primeras expresiones de rock &roll, y que en los tiempos pre-pandemia, hacían gala de complicadas coreografías en la esquina de Avenida Independencia y Libertad, donde las familias se agrupaban para ver las demostraciones de los pachucos, quienes pelean contra las nuevas tendencias y sobreviven en el tiempo.
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