El arzobispo Constancio Miranda Weckmann, presidió la santa misa en el XI Domingo del Tiempo Ordinario, en la que disertó en su homilía sobre la parábola de La semilla de mostaza, en la que instó a la feligresía a estar dispuestos a servir al Señor, en el conocimiento de que Jesús se sirve de las cosas pequeñas para actuar en el mundo y en el corazón de todos.
En ese sentido, se refirió a sus apóstoles, a quien se refirió como un puñado pequeño de personas, para restablecer su Reino en el mundo para llevar el mensaje de salvación, a cargo de quienes eran en su mayoría pescadores.
“Somos también nosotros como semillas de mostaza, frente a la tarea que nos encomienda el Señor en el mundo, debemos olvidar nuestro egoísmo, cansancio, preocuparnos solamente por nosotros, pero no hay que olvidar la desproporción de nuestros limitados talentos, frente a la magnitud del apostolado que vamos a realizar; tampoco debemos olvidar que tenemos siempre la ayuda del Señor, si confiamos en Él, sin perder de vista nuestras limitaciones nos mantendremos siempre listos y fieles de lo que el Señor espera de cada uno de nosotros”, manifestó Monseñor Miranda.
Posteriormente, durante la lectura de intenciones, Don Constancio pidió por la lluvia, para que el Señor mande la lluvia a los campos de Chihuahua; además, por la hermana Diana Laura, en su profesión religiosa y el aniversario de profesión de la hermana Susana. Así mismo, por las intenciones y necesidades de María Eugenia, Paola, Clementina, Rubén, Marco y de Nallely, y acciones de gracias de la familia Pérez Carrasco. Por los difuntos María Elena, Artemio y Efrén.
“Vamos a pedirle al Señor que nos ayude a poner todo lo que esté de nuestra parte, aunque sea un esfuerzo pequeño, que lo pongamos siempre al servicio del Reino, solo siendo dóciles y actuando de esta manera, la acción del Espíritu Santo y sus inspiraciones, el Señor podrá ir haciendo en todo momento que crezca”, aseveró el arzobispo.