Una inundación e invasión de lodo sufrió la vivienda de la familia Sauzameda, ubicada en las calles Violetas y Nardos, de la colonia Campesina, donde el arroyo que atraviesa la colonia, desbordó su cauce e inundó el inmueble, dejando al jefe de familia en el interior y que fue rescatado por un héroe anónimo.
La solidaridad de la comunidad con donaciones de comida, cobijas y auxilio, y en especial del joven que salvó la vida del señor Sauzameda, y colaboró con una bomba eléctrica para desfogar el lodo que llegaba hasta la altura de la cintura, permite que los integrantes de la familia afectada hoy puedan evaluar los daños y tratar de reincorporarse lo antes posible a su vida regular.
Otilia Ayala Medina, la señora de la casa, relató que la lluvia inició alrededor de las 15:00 horas del domingo, y una hora después, su casa ya estaba inundada y con lodo hasta la altura de la cintura. Los habitantes, Otilia, su esposo y dos hijos, sacaron sus pertenencias hacia la banqueta para lavarlas, y procedieron a sacar con palas el lodo, que quedó luego de que la desfogaran con la bomba.
“La vecina y yo lloramos, nos soltamos llorando, porque ya no podíamos hacer nada, tuvimos que tirar casi todo, pero ni modo”, relató, cuando se percató de que su casa estaba inundada y llena de lodo.
A la tarea se unieron vecinos, amigos y familiares, quienes con mangueras lavaron las paredes, y tendieron la ropa en tendederos, así como los muebles y electrodomésticos que se dañaron. Para cuidar las pertenencias que dejaron secando en la vía pública, se quedaron a dormir en la camioneta estacionada en su patio y se cubrieron con unas cobijas que les regalaron.
“Se metió del arroyo y la basura del arroyo. Se metió por el patio, se llenó; ya había pasado, pero poquita agua que sacaba con la escoba, así de esta magnitud es la primera vez. Mi esposo se había quedado encerrado, porque no se pudo salir de la casa, pero gracias a Dios que el muchacho nos salvó”, compartió Otilia, en una pausa de las labores de limpieza de su casa.
Entre las pérdidas están el refrigerador, camas, cobijas, cortinas, ropa, teléfonos celulares, entre otras pertenencias. También comida, pero un vecino les donó una despensa, y rechazaron otra, pues consideraron que con una era suficiente, y que todavía no saben si la estufa también se descompuso.
Otilia trabaja en una tienda, y su esposo en una empresa maquiladora, esta mañana, al inicio de la semana laboral, tuvieron que avisar que les sería imposible asistir a sus labores, hasta que terminen de limpiar su casa, para lo cual, estiman una semana de trabajo continuo. Les ayudan sus dos hijos, el menor que acaba de graduarse del Colegio de Bachilleres, y el mayor, que ya trabaja en una escuela como Coordinador.
Entre las necesidades más apremiantes, Otilia compartió que necesita una cama, sábanas y cobijas; y están evaluando si funcionará el refrigerador y la estufa.
Para finalizar, agradeció a todos los benefactores que les han brindado ayuda en este momento tan complicado, especialmente, al joven que salvó a su esposo de la inundación y les facilitó la bomba para desaforar el agua, de quien mencionó que su voluntad por ayudarles fue tan grande, que ni siquiera les dio su nombre.