Los jóvenes rarámuri, al igual que en otras culturas, están presentando problemas de adicciones y rebeldía, el alcohol y las drogas les acechan, lo cual preocupa al gobernador de su comunidad, Isidoro Rivera, quien considera que es la estancia en la ciudad lo que ha provocado la falta de valores y cambio de costumbres en su pueblo.
Cerca de 500 personas habitan el asentamiento Rayénari, el hacinamiento en las viviendas obedece a que muchos de los que hoy son jóvenes, incluso padres de familia, nunca se fueron de la casa paterna, ya sea por no pagar renta o por comodidad, así se fueron quedando y con el tiempo las pequeñas viviendas se han quedado rebasadas, sin contar con la gente que llega cada año para las labores de la fruticultura.
Pero, fue quizá el contacto con nuevas costumbres, la pérdida de su lengua materna, la cercanía con gente que los fue corrompiendo, llevó a que hoy en día, haya problemas fuertes de alcoholismo y otras adicciones.
Para Isidoro Rivera, el principal problema que enfrentan hoy los jóvenes tarahumaras es la falta de valores, la pérdida de sus tradiciones, pues, aunque la colonia cuenta con un reglamento, no muchos lo respetan, además de que las leyes son muy blandas en contra de quien delinque o comete una agresión.
“Hay gente que ha acuchillado a otra y a los tres días ya anda libre”, comenta. Su labor como gobernador indígena está próxima a terminar, otro vecino de la colonia será quien lo releve, pero asegura que ha sido una experiencia muy difícil, pues ellos no reciben remuneración alguna por ser autoridad y en cambio, deben asumir problemas de su comunidad.
De manera triste, los padres rarámuri no distan mucho del resto de los padres de familia, en otra cultura, han descuidado a los hijos y a altas horas de la noche andan los niños en las calles, expresa Isidoro, pero cuando se les llama la atención, reciben como respuesta el enojo de los mayores.
Aunque la necesidad de contar con un nuevo asentamiento, que dé respuesta a la necesidad de vivienda por parte de la comunidad rarámuri, es evidente, el gobernador refiere que mientras no haya reglas y se apliquen por parte de los adultos hacia los hijos, los problemas van a seguir.
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