El arzobispo Constancio Miranda Weckmann adecuó la celebración de Adoración a la Santa Cruz, a la nueva normalidad en la que la pandemia por Covid ha impuesto restricciones de contacto entre las personas y los objetos de valor espiritual, en este Viernes Santo en el de manera virtual se realizó la conmemoración de la muerte de Jesús.
“La Adoración de la Cruz, claro que ahora no lo haremos como de costumbre, -acercarnos y darle un beso a Jesús-, que está aquí en la imagen de la Santa Cruz, por cuidarnos del contagio, pero desde nuestros hogares y a los presentes, desde nuestro lugar, vamos a hacer un acto de adoración a la Santa Cruz, primero, la descubrimos”, dijo, al tiempo que elevaba en alto el crucifijo cubierto con un manto.
En repetidas ocasiones el arzobispo exclamó “Mirad el árbol de la cruz, en donde estuvo clavada la salvación del mundo”, a lo que en cada ocasión, los presentes respondieron “Venid y adoremos”.
Luego, guió, “mientras yo sostengo la cruz, cada uno desde sus corazones, desde los que están siguiendo por internet, los que estamos aquí presentes, hagamos un acto de adoración, en este pedazo de madera, es una cruz, de una sola pieza, pero más que este tesoro, es Jesús que hemos observado en el evangelio, en la lectura de la Pasión, dejando la vida con nosotros. En este momento, lo adoramos desde nuestros corazones”, exhortó.
Así mismo, en las diferentes parroquias y capillas se realiza la meditación de las Siete Palabras, frases que pronunció Jesús desde la cruz, cuando fue crucificado, en sacrificio por toda la humanidad y la salvación de sus pecados.
Esas Siete Palabras, quedaron registradas en los evangelios, y son las siguientes:
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen", evangelio de Lucas, capítulo 23, versículo 34; “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”, del evangelio de Lucas, capítulo 23, versículo 43; “He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre”, evangelio de Juan, capítulo 19, versículo 26; “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, del libro de Mateo, capítulo 27, versículo 46. La quinta palabra es “Tengo sed”, del libro de Juan, capítulo 19, versículo 28; “Todo está consumado”, que se puede encontrar en el libro de Juan, capítulo 19, versículo 30; y finalmente, la séptima palabra, “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, en el libro de Lucas, capítulo 23, versículo 46.