“Hay muchos programas, alianzas, consejos, comités, redes, pero la realidad es que la violencia sigue avanzando y parte de lo que nosotros hemos recopilado y descubierto en este camino es que los programas no tienen evaluación”, dijo Erick Hinostroza, director de Libres por Amor, que deja un poco de lado su modalidad de albergue para dar paso al Centro de Protección Especial de Niñas, Niños y Adolescentes, que será monitoreado por diferentes organismos.
Históricamente, Libres por Amor ha sido un albergue donde se ha tenido a niñas y niños tutelados por el Estado, que de alguna manera han sido vulnerados en sus derechos.
“Esta historia empezó a cambiar a partir de que comenzamos a capacitarnos en el tema de derechos humanos, dándonos cuenta de que tener a los niños institucionalizados no genera ningún bien para su desarrollo integral”, dijo Hinostroza, quien añadió que a partir de 2015 iniciaron con un proceso de replanteamiento del objeto de la asociación, procediendo a cerrar en 2016 la institución a la asistencia social de niñas, niños y adolescentes.
Se arrancó con este replanteamiento de derechos humanos, adhiriéndose a la Red por los Derechos de la Infancia, sometiéndose a un proceso de capacitación y certificación que los ha llevado a replantear los objetivos.
Es por ello que en 2017 se comenzó un trabajo con Sipinna Municipal, muy de la mano con la Red por los Derechos de la Infancia, empezando a realizar un trabajo con instancias municipales y estatales para detectar la situación de vulnerabilidad de niñas y niños, topándose con menores violentados que llegaban a las comandancias de Seguridad Pública que permanecían en áreas denominadas “de no culpables”, en lo que la Procuraduría de Protección definía la situación jurídica.
Ante tal situación, en diciembre de 2017 se abre el Centro de Protección Especial de Niñas, Niños y Adolescentes, con la finalidad de que por ningún motivo permanecieran en las comandancias, sino que estuvieran en un espacio más adecuado, donde fueran atendidos en el momento de la crisis, puesto que las niñas y niños eran recogidos en el momento en que eran violentados para ser trasladados a las comandancias, “lo que los revictimizaba”.
Otro de los proyectos nuevos son los centros municipales de acceso a una vida libre de violencia, resultado de los aprendizajes obtenidos en el centro de protección.
Ayer se ofreció un informe de resultados intermedios, donde se hizo saber que esta intervención con familias inició en septiembre pasado y para el mes de diciembre se practicó un análisis de estas primeras 130 familias atendidas y caracterizadas.
La meta que se tiene con este proyecto es caracterizar 500 familias, tener planes familiares de al menos 400 que son las que se van a intervenir y a partir de ahí generar una nueva propuesta de modelo de intervención de familias en situación de violencia, con el propósito de disminuir los efectos que éstas tienen en niñas, niños y adolescentes.
Germán Hinostroza, de Detección y Espacios de Primer Contacto, explicó que un espacio de este tipo son las escuelas, por ejemplo, que resultan de gran ayuda porque se tiene un contacto con los maestros para identificar a niños en focos rojos, aunque el problema que se está presentando es que sólo asisten a las primeras sesiones y luego se disminuye el grupo, por ello la trascendencia del apoyo de las alianzas.
De momento se ha caracterizado a 129 familias, la mayoría de éstas del norte, sur y oriente de la ciudad, empezando a trabajar en Ejido Ocampo, “y la reflexión para las zonas rurales es que sus retos son abismales”.
Es de resaltar que se tiene el acompañamiento del Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana (Ficosec), en el aspecto de la evaluación, para no ser juez y parte. Otro de los evaluadores es Cedat.
“Hay muchos programas, alianzas, consejos, comités, red, pero la realidad es que la violencia sigue avanzando y parte de lo que nosotros hemos recopilado en este camino es que los programas no tienen evaluación, entonces las instituciones decimos que nuestro programa es bueno, pero lo cierto es que los programas no son evaluados por un experto, por eso sumamos a este proyecto a Ficosec y Cedat porque necesitamos ser evaluados”, expuso el director de Libres por Amor.
En esta nueva dinámica de inversión social, las metas son 375 familias por caracterizar y a partir de ello elaborar planes familiares, los cuales tienen que ser ejecutados gracias a un trabajo en conjunto.