Asesinatos, asaltos a mano armada, violaciones, robos a casa habitación, agresiones, picaderos y centro de refugio para decenas de migrantes imperan en la colonia Punta Oriente, un sector marginado y olvidado por la autoridad.
De acuerdo con los últimos reportes y archivos policiacos en este sector, casi a diario se registran diversos delitos provocados por ser una colonia prácticamente abandonada, su distancia de la mancha urbana y la poca accesibilidad para ingresar a la misma, Punta Oriente se convierte en un sector donde gobierna la impunidad, el pandillerismo y el narcotráfico.
La carencia de seguridad policiaca, la falta iluminación en algunas de las calles y al estar rodeada de varias hectáreas de maleza, esta colonia representa el lugar ideal para convertirse en el refugio de los delincuentes, incluso muchas de las casas de este sector que fueron abandonadas por sus antiguos dueños ahora son utilizadas por los “paracaidistas” chihuahuenses, familias provenientes de otros estados de la República y últimamente por migrantes sudamericanos.
Sin duda las autoridades han hecho todo lo posible por dar con el paradero de Lenin Pacheco y la menor Rubí, sustraída de su vivienda por el migrante hondureño el pasado 10 de mayo y que hasta ahora no se sabe de su paradero.
De entre los acercamientos hechos por distintas autoridades municipales que lograron integrar un archivo completo del perfil familiar de la menor, se encontraron con que se trataba de una familia proveniente de Sinaloa y que como muchas de la zona estaban como paracaidistas en la vivienda que habitan.
Destacaron estudios por parte de especialistas y personal de trabajo social, que la familia compuesta por padre, madre y tres hijos, entre ellos Rubí, vivía literalmente en hacinamiento, refiriéndose a que más de dos personas habitan y pernoctan en un cuarto sin nada de privacidad para ningún integrante de la familia.
A esto sumarle la condición precaria que observaban los menores como adicciones y alcoholismo de los padres, pues al analizar el perfil de los padres, ambos eran adictos a alguna droga; la madre no puede trabajar por lesiones en sus piernas y el padre labora en la construcción.
Por ello señalan los especialistas que la propia Fiscalía General del Estado dispuso un fuerte interrogatorio y análisis de las condiciones de vida de la familia, debiendo llevarlos ante personal del DIF y que se les indicara a los padres esforzarse por mejorar su condición de vida, de lo contrario perderían la patria potestad de sus otros dos hijos.
FAMILIAS QUE HABITAN LA ZONA
Dentro de los focos rojos de la ciudad las autoridades y áreas de prevención han concluido que Punta Oriente, principalmente así como Jardines de Oriente, Praderas del Sur, Jardines de Oriente y Camino Real, representa un foco rojo en marginación de la sociedad, detectando como principal problema en la zona el alcoholismo y el abandono de cientos de viviendas que sirven como refugio de adictos y vándalos.
Al menos el 50% de las familias son paracaidistas que aprovechan el abandono de las viviendas, trabajan en la maquiladora o venden algo, muchos son originarios de otras partes del país, sumándole la gran cantidad de migrantes que han llegado a vivir ahí también, y que los ingresos de una familia promedio de la zona es de 3 mil pesos mensuales, de los cuales cerca de 2 mil pesos son destinados para pagar su casa y lo que les queda para comer y pagar servicios.
Especialistas en inhibición del índice criminal a través de la mejora ambiental concuerdan entre sí que estos fraccionamientos no deberían de existir por su grado de marginación no sólo por las condiciones económicas de las familias, sino por la lejanía de los servicios básicos, principalmente atención médica, ya que el lugar más próximo en caso de un accidente, o enfermedad de gravedad, el más cercano es el Hospital Infantil.
Los servicios de limpia, entre otros, llegan muy poco y, por ejemplo, al ser Punta Oriente la mitad del municipio de Chihuahua y la otra de Aquiles Serdán, sólo ésta mitad es un poco beneficiada y la otra está en el olvido.
El ambiente que se percibe en esa zona habitacional es deprimente, dejan mucho que decir los constantes programas de ayuda para mejorar el tejido social que ofrecen las autoridades estatales y municipales, quienes sólo se escudan en manifestar que la gente no denuncia, no se acerca y deja de llevarlos.
La violencia familiar es otro de los focos rojos en la zona y para ello las autoridades han acercado personal especializado en el tema, pero señalan que las mujeres no se acercan por miedo y quienes llegan a denunciar acuden directo a la Fiscalía de la Mujer por miedo a que algún vecino las vea denunciando y sean agredidas por sus parejas.
Por último otro problema que se detecta es la drogadicción, que está a flor de piel, situación que lleva a los drogadictos a cometer robos a casas habitación en busca de algo para vender y poder comprar la dosis. Además muchas viviendas tienen en los patios montones de artículos, muchos de ellos al parecer producto de los robos.
PERFILES DE MIGRANTES
Muchos chihuahuenses, al notar mayor la presencia de migrantes, en su mayoría hondureños o salvadoreños, entre otros, se han solidarizado con ellos dándoles no sólo monedas, sino billetes como ayuda para que se alimenten y que no les falte lo indispensable durante su travesía.
Albergues y grupos religiosos que suelen apoyar a este sector de migrantes reconocen que, a decir de los ellos, ganan muy buen pidiendo dinero y que hasta les deja para vivir sin tener que migrar más y quedarse en la ciudad, ya que además no son molestados como en otros estados del país.
Con el aumento de centroamericanos y sudamericanos, algunos con todo y familia, se convirtieron ya no sólo en un problema migratorio, sino de seguridad, pues se han detectado varios de éstos participando en robos, asaltos, además de faltas al bando de policía y buen gobierno, entre otros delitos, que ya no sólo van de paso, se quedan a vivir en la entidad.
La mayoría se dedica a pedir en las calles, otros han optado por trabajar en la construcción que les alcanza para rentar una casa o un cuarto y comer, hasta para pasear con sus familias en fin de semana.
Esto llevó a que los chihuahuenses cambiaran su percepción de “pobrecitos”, por lo que ya les dan menos dinero en los cruceros, incluso organizaciones de migración los habían dotado de credenciales especiales para poder trabajar, pero últimamente ya no se les brinda por la gran cantidad de migrantes que hay en la ciudad.
En las entrevistas hechas por especialistas y por policías, señalan que los migrantes han elegido Chihuahua por ser una ciudad donde casi no son molestados por las autoridades, pero desgraciadamente por ser ya muchos se están registrando problemas delictivos.
En otras ciudades del país los detienen por todo, hasta por no contar con documentación; muchas mujeres mientras viajan consiguen pareja que las proteja a cambio de sexo, hasta personas de preferencias sexuales distintas sufren violencia y abusos sexuales. Sólo por Tijuana y otras ciudades fronterizas la situación contra ellos es muy dura, por lo que prefieren la capital Chihuahua.
Al llegar se les observa con ropas muy humildes y en días posteriores los ven mejor vestidos, hasta con celular, que lleva a sospechar a las autoridades que se unieron a alguna banda delictiva o hasta son reclutados por polleros que los utilizan para guardar personas en casas abandonadas que adecúan para habitarlas.
Algunos de los recién llegados a la ciudad son explotados por los que ya tienen más tiempo a cambio de guiarlos en su estadía en la ciudad, además les deben dar cuota de lo que piden en los cruceros.
Pero su mejoría en la condición de vida no sólo se basa en casas en abandono y renta de cuartuchos, ya que muchos han logrado rentar mejores viviendas y hasta hoteles del Centro de la ciudad.
Lo más difícil que puedan enfrentar en un próximo futuro es el rechazo, pues con el reciente caso del rapto de la niña Rubí, muchos chihuahuenses ya no los verán igual, creyendo que todos son malos.
No se descartan los problemas de enfermedades, ya que muchos llegan con sarampión y varicela, pues en sus países no hay una vacunación eficiente; como dato adicional están los casos de Nueva York y Chicago, que ya deben estar deportando a migrantes enfermos para evitar una pandemia.
Finalmente hay quienes en su afán de conseguir la ciudadanía, se atreven a conquistar a las mujeres locales para casarse, aunque aún no está documentado cuántos han contraído matrimonio.
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