Los indígenas acompañarán a Jesús en sus últimos días en la tierra, para que mañana sábado, triunfe el bien sobre el mal con la quema de Judas, el traidor. En esta ocasión sus danzas están ofrecidas por la cura de las enfermedades que azotan a la humanidad.
Los tambores rarámuli empezaron a sonar en el asentamiento El Oasis, pasadas las 11:30 horas los fariseos empezaron a danzar como parte de sus celebraciones de Semana Santa, donde se conjuga el misticismo de su cultura y la evangelización cristiana.
En este asentamiento buscan preservar en las nuevas generaciones esos rituales de Semana Santa, la vestimenta aún se conserva, portan su zapeta de color blanco, su collera en la cabeza y en sus pies los huaraches. Bailan por el pasillo del asentamiento, luego por las viviendas que se ubican asentadas en el arroyo de la colonia Alfredo Chávez.
Pintos y fariseos bailan para acompañar a Jesús hasta el calvario, desde ayer jueves iniciaron los rituales, en esta ocasión por la contingencia sanitaria por Covid-19han poca gente, pero la que hay participa con fe en sus tradiciones ancestrales, ofrendando cada paso a Onorúame.
La lucha del bien y el mal es la que representan en sus danzas que es la manera de elevar sus plegarias por la buena salud, trabajo y cosechas.