El arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann dedicó la misa del Domingo de Ramos, celebrada en privado y transmitida por vía digital a los enfermos del COVID-19, para que recuperen pronto la salud y puedan disfrutar con sus seres amados.
Así lo dijo en las intenciones, en las que también mencionó a los seminaristas, comunidades religiosas, todas y cada una de las familias de la Arquidiócesis, y por los difuntos, que el Señor tenga en el Cielo.
Luego de leer el evangelio de San Mateo, en el que se narra la pasión del Señor Jesús, con la colaboración de Alfredo de la Torre Aranda, y una hermana religiosa, Monseñor Miranda destacó que como cada primer domingo de mes, se reciben a los coordinadores de cada uno de los grupos, movimientos y asociaciones, entre los que saludó a la Adoración Nocturna, Adoradores Laicos de Jesús Sacramentado, Apostolado Mundial de Fátima, Coro Diocesano, Discípulos de Cristo en la Cruz, Encuentros Matrimoniales, Encuentro de Novios, Orden Franciscana Seglar, Movimiento de Divorciados Vueltos a Casar, Movimiento Fe y Luz, Movimiento de Enfermeras de Acción Católica, entre otros.
"Hoy es el día de los contrastes, después de la bendición, escuchamos el relato que nos narra San Mateo en el evangelio de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, después de las lecturas de la misa, en lugar escuchamos la narración de la pasión del Salvador condenado a muerte. Esta es la paradoja de la Pascua del Señor, abarca vida y muerte, igual que nuestra vida, está hecha de sufrimientos y alegrías, risas, lágrimas, muerte y vida"
Monseñor Miranda discernió que los sufrimientos son necesarios para llegar al triunfo de la resurrección, y que contrario a la costumbre de que un hombre entregue su vida para salvar a los demás, lo que se ve más frecuentemente es que uno solo hombre prive de la vida a los demás.
"Hermanos, la vida brota, nace del amor. si el grano de trigo, no muere, queda infecundo, pero si muere da muchos frutos, y este es el paso de la muerte de cada uno de los otros damos en el bautismo, para morir al pecado y nacer a la vida en Cristo".
De esa manera, el arzobispo de Chihuahua, hizo un llamado a reconocer siempre a Cristo como Señor, no solo de palabras, sino también proclamarlo con los hechos, y con el testimonio de vida.
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