Pese a ser considerado un Humedal de Importancia Internacional, la administración del alcalde de Meoqui, Ismael Pérez Pavía, eligió esta área para llevar a cabo los festejos tradicionales del Día de Independencia, sin importar las recomendaciones y la gran concentración de especies animales que habitan en ese lugar.
A cinco metros del conocido Vado de San Pedro, en el municipio de Meoqui, fue donde se instalaron los preparativos del 208 aniversario del Día de Independencia, donde se reunieron cerca de cinco mil personas a presidir los grupos musicales y el Grito de Independencia, además de ver los cientos de fuegos artificiales que fueron detonados sobre esta área, actualmente protegida por la Comisión Nacional de Áreas Naturales.
En el año 2012, durante la celebración del Día Mundial de los Humedales, autoridades de la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), anunciaron la designación del sitio Río San Pedro-Vado de Meoqui como Humedal de Importancia Internacional, de acuerdo con los criterios de la Convención Internacional de Humedales Ramsar.
Sin importar esta designación, sobre el bulevar Eduardo Nájera a metros de la calle Aldama, fueron instalados los preparativos en el Auditorio al Aire Libre, donde el presidente municipal, Ismael Pérez, decidió que debería ser la nueva sede de los festejos patrios y olvidar el tradicional Grito en las afueras del Palacio Municipal, que se encuentra a 10 cuadras del lugar.
Sin importar la generación de basura que dejó los festejos del 15 de septiembre, la pirotecnia que no debe ser detonada en un área protegida por la cantidad de especies que habitan en ese “humedal”, el Municipio de Meoqui no le importó continuar con los festejos patrios e instaló su nueva sede para dar el Grito de Independencia.
La sorpresa entre los presentes fue cuando captaron que los fuegos artificiales estaban detonando a escasos metros del público, donde el sonido de las explosiones espantó a más de uno, lo cual se reflejó igual con las aves que habitan de lado del vado, donde han pasado decenas de años y que en esta ocasión fueron sorprendidos por los festejos de la administración municipal.
Los festejos fueron divididos por una barda que fue colocada para evitar accidentes con el cuerpo de agua, sin embargo, la división es nula, todo se puede intercambiar de un lado a lado con facilidad, y por ello eligieron poner a escasos metros del agua, la pólvora que fue detonada en el festejo del pasado sábado.
Pobladores que vivieron lo ocurrido, explicaron que el lugar no está acondicionado para detonar pólvora, pues se encuentra a escasos metros del vado y algunos residuos terminaron por caer al agua, lo que dejó ver una mala planeación de los festejos por querer cambiar el tradicional Grito de Independencia.
Al recorrer el lugar donde fueron colocados los fuegos artificiales, los residuos de pólvora, mechas, cohetes, “tubos” y demás formas de pirotecnia que utilizaron para los festejos, siguen esparcidos en la parte trasera del escenario al aire libre del Vado de Meoqui, al igual que la basura que quedó de aquellos festejos en el agua de esta área natural.
Previo al Grito de Independencia, el presidente municipal de Meoqui explicó que en este 208 aniversario se realizarían tres puntos de encuentro con los ciudadanos, el primero de ellos en Guadalupe Victoria, posteriormente en Lázaro Cárdenas y finalmente en el Teatro al Aire Libre del Vado de Meoqui, siendo éste último el más criticado entre los ciudadanos, por contraponer intereses personales con la conservación del medioambiente.
El objetivo que había anunciado el alcalde días antes del evento, era de formar una sana convivencia entre los ciudadanos y de disfrutar los grupos de baile y música que se iban a presentar, acompañados de los platillos típicos y comida que se vendieron durante la celebración del 15 de septiembre.
Sin embargo, todo ocurrió con normalidad, hasta que se llegó las 24:00 horas, cuando los fuegos artificiales tuvieron un error y que empezó a preocupar a los asistentes, ya que el sonido era muy fuerte y temían que fueran disparos de arma de fuego, o que se incendiaria el lugar ya que se encuentra rodeado de arboles.
En las redes sociales, los asistentes comenzaron a criticar el uso de pirotecnia en el lugar y explicaron que estuvieron mal instalados los fuegos artificiales, ya que en su mayoría tuvieron defectos y detonaron a metros antes de elevarse por los cielos, como debería de haberse generado.
Por su parte, el humedal como fue calificado El Vado de Meoqui o Río San Pedro, es un aérea protegida por distintas dependencias encargadas de la conservación de áreas naturales, pues en ese lugar habitan decenas de especies de aves a lo largo y ancho de este cuerpo de agua, lo cual tiene distintas prohibiciones como el uso de pólvora, fuego y demás cuestiones que pueden poner en peligro la estancia de los animales.
El Heraldo de Chihuahua tuvo la oportunidad de recorrer varios metros del vado y recabar entrevistas con algunos pobladores cercanos al lugar, quienes coinciden que a raíz de los festejos patrios, los animales del lugar se han retirado y la población ha disminuido de manera considerable.
Jorge Gutiérrez, quien habita e incluso trabaja a metros del Vado de Meoqui, explicó que constantemente los animales se mantienen en el cuerpo de agua, volando de un lado hacia otro y flotando por el agua en busca de comida, pero que a raíz de las fuertes detonaciones, los animales se habían retirado, pues sólo existen pequeños grupos compuestos por 5 o 6 aves que no es ni la mitad de las que se localizaban hace algunos días.
Un agente de la Policía Municipal del lugar, quien decidió reservar su nombre, explicó que las aves son muy asustadizas, que incluso las motocicletas y los vehículos todoterreno, como los “razers”, constantemente ahuyentan a los animales, siendo los fuegos artificiales el último suceso que ocasionó la huida de los mismos.
Hasta el momento se desconoce si las aves que habitan en el lugar escaparon a raíz de los festejos patrios, sin embargo, se logró constatar que las especies eran muy pocas las que frecuentemente se encontraban habitando en el lugar.