Tras la kilométrica fila en para esperar su turno y pasar los filtros de revisión, cientos de adultos mayores se muestran optimistas al recibir la segunda dosis de Pfizer en la Universidad del Valle de México.
Algunos llegan algo nerviosos, pues señalan que "un piquete siempre duele", sin embargo, al concluir la vacunación, aseguran que vale la pena.
Algunos son acompañados por hijos o nietos, y dicen, esta segunda dosis fue algo que se veía lejano, pero finalmente llegó.
Adolfo Arriaba, de 81 años, afirmó que su edad no es impedimento para llevar una vida activa, pues pese a que ha permanecido en casa desde hace más de un año, se ha encargado de activarse, escuchar música y mantener contacto vía telefónica con su familia.
Aseguró que la vacuna contra el Covid-19 trae esperanza, pues hace un año, todo el mundo se encontraba con miedo de enfermarse de gravedad.