El programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” será al que más recursos se destinen durante la próxima administración federal, aseguró el encargado de su coordinación y próximo subsecretario del empleo en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en la siguiente administración federal, Horacio Duarte Olivares, quien aseguró que los 108 mil millones de pesos anuales anunciados para el programa están “garantizados” para los próximos seis años de mandato de Andrés Manuel López Obrador.
Asimismo, adelantó que “la intención es que el programa inicie el mismo primero de diciembre”, y que para el estado de Chihuahua se tiene proyectado el incorporar a 50 mil jóvenes por año de manera gradual al programa, mientras que a nivel nacional la meta es beneficiar a dos millones 300 mil “ninis” con becas de tres mil 600 pesos mensuales, cada uno por espacio de un año.
“A esta cantidad de beneficiarios vamos a llegar paulatinamente, no va a ser de un jalón, sería imposible. El programa lo que busca es que los jóvenes que ni estudian ni trabajan puedan vincularse al mercado laboral, que el Gobierno les pague de manera directa una beca de 3 mil 600 pesos mensuales, y de esa manera comencemos a romper el círculo vicioso en el que ahora los jóvenes no tienen oportunidades laborales”, declaró.
Explicó que el programa comenzó a gestarse por iniciativa del propio López Obrador, ya que en su campaña “había un reclamo permanente de que los jóvenes fueran atendidos”, por lo que ahora se busca que con este programa “se pueda generar un impacto no sólo en la profesionalización de los jóvenes, sino que derrame recursos económicos en su familia y su comunidad”.
Del mismo modo, expuso que el presupuesto para el programa está “garantizado”: “Tenemos ya asegurados los recursos que provienen de una serie de ahorros que está haciendo el próximo gobierno federal, como reducir la burocracia de alto nivel, el ahorro en tema de las licitaciones, donde habrá más restricciones para otorgarlas, y mejorando la recaudación fiscal, ya que no va a haber contratación de deuda ni aumento de impuestos”.
Enfatizó en que “ese no es un problema para nosotros, el problema es la implementación del programa”, y en este aspecto explicó que en la fase actual el equipo de trabajo se encuentra consultando a las diferentes cámaras y organismos empresariales a nivel nacional y regional, a fin de tener certeza de con cuántos puestos y de qué tipo contarán.
“La invitación ha sido con todos, desde las empresas más grandes hasta los talleres más humildes, el programa está hecho tanto para las grandes industrias prestadoras de servicios o productoras de bienes, que acepten mil o hasta dos mil, o un pequeño taller que capacite a uno, no tenemos una limitante, no vamos a estar casados con un sector o industria”.
Por otra parte, al hablar del involucramiento que tendrán las dependencias de Gobierno, señaló en tono de broma que “no queremos que vayan a terminar como secretarios particulares de un diputado”, y aclaró que el propósito de vincular a este 20% de los beneficiarios del programa es que colaboren en “programas que impacten productivamente al país”.
En este sentido, mencionó ejemplos como el programa de siembra de un millón de árboles frutales y maderables, o en el caso de la futura Secretaría del Bienestar (hoy Sedesol), “que puedan brindar asistencia en guarderías, o en la Secretaría de Cultura que puedan convertirse en promotores culturales en sus comunidades, serán las dependencias quienes nos informen cuál es su demanda para llevar a cabo programas productivos y no burocracia”, recalcó.
Asimismo, detalló que será la Secretaría del Trabajo y Previsión Social la encargada de generar la coordinación con las empresas participantes, “ya que sin duda habrá puestos para los que se requiera un grado más alto de especialización, y por ello buscaremos ir de la mano con las empresas para encontrar a los mejores candidatos según el puesto planteado”, y que en este caso será cada empresa la que decida si se le paga o no a cada beneficiario.
“Con la capacitación comenzará también un proceso de evaluación mutua entre el joven y la empresa, ésta será quien ‘llevará mano’ en decidir si se le paga o no al joven, para que éstos cumplan realmente con la capacitación, y para que ellos evalúen a las empresas y que no terminen chalaneando con actividades que nada tienen que ver”.
Finalmente recordó que son elegibles para el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” todos aquellos hombres y mujeres entre los 18 y 29 años que no se encuentren estudiando o trabajando, y que el padrón inicial de posible candidatos se está elaborando con base en el “censo del bienestar” que actualmente conduce el equipo de AMLO y a través de las solicitudes hechas en el sitio web del programa.
Por ello, expresó que “quienes resulten beneficiados serán contactados directamente, pero ya teniendo definida la empresa en la que serán colocados, porque no queremos generar falsas expectativas en los jóvenes”.