Cuauhtémoc, Chih.- Liliana Sáenz, titular del Instituto Municipal de las Mujeres, recomendó a la ciudadanía no dar dinero o comprar dulces a los niños que vemos en la calle, porque lo ideal es que un niño no trabaje.
Subrayó que otra problemática visible en esta ciudad son menores drogándose con resistol u otras sustancias en la calle, de la cual todos somos testigos y debemos actuar con responsabilidad.
“Es un tema muy controversial. Lo ideal es que un niño no trabaje y esté en su casa resguardado, pues la calle es donde tiene contacto con gente que no tiene buenas intenciones. Muchos ciudadanos piensan que con darles la moneda solucionan por un momento un problema, o calman su conciencia ante tantas necesidades que hay alrededor”, dijo.
Expresó que lo ideal sería “no dar dinero para que los niños no sean un fin de explotación”.
Sin embargo, resaltó que la infancia es un sector muy desprotegido hacia el que la sociedad reacciona con apatía.
Sáenz indicó que hay instancias de Gobierno y asociaciones civiles que están limitadas de recursos y poco pueden hacer.
Llamó a hacer conciencia, en particular en Cuauhtémoc, donde es evidente la cantidad de niños en las calles que traen botes o bolsas con tíner, resistol o aerosol para drogarse y quitarse el hambre.
“Hacerle un llamado a los comerciantes que tienen negocios como ferreterías. No es difícil como adulto saber que un niño se droga, pues llegan oliendo a eso. Un llamado a que no les vendan enervantes a los menores de edad”, dijo.
La titular del Instituto Municipal de las Mujeres recordó que cualquier caso de explotación infantil que como ciudadanos veamos, podemos denunciarlo a la Subprocuraduría del Menor y el DIF Municipal.
Y es que recientemente, la Fiscalía Especializada de la Mujer dio a conocer la detención de un matrimonio que explotaba vendiendo dulces a su hija de 12 años en la ciudad de Chihuahua, lo que se logró luego de tres meses de investigaciones tras una denuncia.
Mencionó que en Cuauhtémoc hay disposición por parte de la Subprocuraduría y el DIF para encargarse de los reportes.
“Tenemos una cultura de no denuncia y si no denunciamos no existe. Es importante que la autoridad vea que hay una persona, un niño, una mujer que está sufriendo abuso. Lo que pasa es que a veces tenemos desconfianza en las autoridades”, concluyó.
Te puede interesar: