"Que la justicia no sea eterna - Tamu'je Rarámuri Naki Justicia", es la exigencia de la comunidad de Baqueachi a 9 años del asesinato impune del defensor de derechos humanos Ernesto Rábago Martínez.
Como cada año, las comunidades rarámuri de Baquéaqui, Chinéachi, Wawatzérare Bakuseachi, y la abogada Estela Ángeles Mondragón, esposa de Ernesto recordaron su legado a la vez que dejaron claro que la verdad y la justicia son un derecho.
La jornada inició con una danza de matachines y fariseos en las inmediaciones del templo Sagrado Corazón de Jesús, para luego participar de la celebración eucarística presidida por el sacerdote jesuita Javier Ávila.
En la homilía destacó que Ernesto y Estela llegaron a la comunidad para defender los derechos de los indígenas, para que vivan felices, pues antes los rarámuri se sentían tristes no podían caminar libremente por sus tierras.
La defensa del territorio que emprendieron los abogados le arrebató la vida a Ernesto.
"Todos sabemos de las piedrotas que te han puesto en el camino, pero aquí sigues y seguiremos haciendo camino", señaló Javier Ávila al hablarle a Estela Ángeles Mondragón.