Durante noviembre y diciembre un total de mil 20 personas fueron atendidas en el estado a consecuencia de enfermedades respiratorias, en su mayoría fueron casos de bronquitis, con 420 atenciones.
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En el caso de enfisema pulmonar se ha brindado atención a 250 personas; alergias 100 casos, y el resto se trata de “otras enfermedades”, que fueron desde alergias hasta cáncer de pulmón, según el Departamento de Epidemiología de la Secretaría de Salud.
Durante la temporada invernal las enfermedades respiratorias se incrementan hasta en un 60% en la población chihuahuense y son los niños y los adultos mayores quienes están más vulnerables a estas enfermedades.
En caso de presentarse algún síntoma inusual acudan a su médico de inmediato, ya que pueden llegar a presentar bronquiolitis.
Se trata de una enfermedad común del tracto respiratorio, provocada por una infección que afecta las diminutas vías respiratorias, denominadas “bronquiolos”, que llevan a los pulmones; a medida que estas vías respiratorias se inflaman se hinchan y se llenan de mucosidad, resulta difícil respirar.
La bronquiolitis afecta más a bebés y niños pequeños, ya que sus vías respiratorias se bloquean con mayor facilidad que las de los niños de más edad o los adultos; y suele darse en los dos primeros años de vida.
Los niños que han padecido bronquiolitis tienen más probabilidades de desarrollar asma en una etapa posterior de la vida y suele ser provocada por una infección viral.
Las infecciones causadas por este virus son responsables de más de la mitad de todos los casos de bronquiolitis y ocurren sobre todo en el invierno y principios de la primavera.
Los síntomas de esta enfermedad son muy similares a los de un resfriado común, como lo son: la congestión, moqueo de nariz, tos y fiebre leve por uno o dos días, después se agrava la tos y aparecen silbidos agudos al exhalar.
Sin embargo, señaló que cuando se hacen más severos viene la respiración poco profunda, rápida frecuencia cardíaca, acelerado hundimiento del cuello y tórax con cada respiración, ensanchamiento de las fosas nasales, irritabilidad con dificultad para dormir y señales de fatiga.
El niño puede mostrar falta de apetito y quizá vomite después de toser; con menor frecuencia los bebés pequeños, en especial los prematuros, pueden presentar episodios en los que dejan de respirar por poco tiempo (lo que se denomina “apnea”) antes de desarrollar otros síntomas.
En los casos graves, los síntomas pueden empeorar con rapidez, un niño con bronquiolitis grave puede cansarse por el trabajo de respirar y tener poca entrada y salida de aire en los pulmones debido al taponamiento de las pequeñas vías respiratorias, la piel puede tornarse azulada (lo que se conoce como “cianosis”), lo cual es muy notorio en los labios y las uñas. El niño también puede quedar deshidratado por el esfuerzo que realiza para respirar, por los vómitos y porque come menos.
La mejor manera de prevenir la bronquiolitis es lavarse las manos con frecuencia; también puede ser útil mantener a los bebés alejados de aquéllos que están resfriados o tienen tos; los bebés que están expuestos al humo del cigarrillo tienen más probabilidades de contraer una bronquiolitis severa, por lo tanto, es importante evitar exponer a los niños al humo del cigarrillo.
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