Sólo durante el mes de enero, la Secretaría de Salud Federal reportó en la ciudad 65 casos de anorexia por ansiedad y autolesiones en menores de edad, en su mayoría (50 casos) mujeres, mientras que en todo 2019 la cifra de este tipo de trastornos fue de 653 casos.
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El Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica reportó que en enero de 2019 la cifra de anorexia con autolesiones fue de 38 casos, lo que significa un incremento sustancial, entre un año y otro, del 66%.
En los casos de trastorno alimentario se suma un trastorno de ansiedad generalizada, y estos padecimientos generalmente son ignorados o pasan desapercibidos en el entorno familiar, por el desconocimiento que existe pese a la gran cantidad de información que existe sobre el tema.
Las personas pueden ser tratadas por medio de un psicólogo, sin embargo es necesario que la persona que sufre de esto tenga la intención de salir de la enfermedad, ya que la voluntad es necesaria para ello, y añadió que este tipo de trastornos alimentarios se padecen individualmente y tienen causas psicológicas, el entorno cultural y familiar marcan su aparición y los orígenes de los trastornos alimenticios son, por lo tanto, multicausales. Son difíciles de tratar y permanecen ocultos hasta para las amistades y familiares más próximos de quien los sufre.
La sadorexia es una condición que ha empezado a investigarse como tal muy recientemente, y requiere para su tratamiento de un trabajo multidisciplinario y de la elaboración de protocolos más específicos. Sin embargo pueden emplearse adaptaciones de los tratamientos utilizados en la anorexia nerviosa y en trastornos que cursan con autolesiones.
Para realizar un tratamiento resulta de gran utilidad la rehabilitación nutricional, con la cual se pretende alcanzar en primer lugar la recuperación de un peso y masa corporal saludables (especialmente cuando el infrapeso es severo) y normalizar los hábitos alimentarios.
Puede ser necesario ingresar a la paciente en el hospital, de cara a normalizar su estado de salud y mantener un control sobre su estado. Es recomendable evitar el acceso a objetos punzantes utilizables para autolesionarse. Habrá de trabajarse la motivación al cambio con técnicas como la entrevista motivacional y contribuir a que la propia paciente pueda elaborar un balance con las ventajas, desventajas y riesgos de su situación actual.
Deberán tratarse las distorsiones corporales con métodos como la reestructuración cognitiva o la exposición (por ejemplo con espejos o con realidad virtual) con prevención de respuesta (en este caso tanto la autolesión como otras posibles medidas que la persona utilice).
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