Después de casi nueve meses de estar fuera de Chihuahua, “Pascualita” la única leyenda viviente en México, regresó a la capital y será exhibida a partir de hoy en la tienda de vestidos de novia y quinceañera con el mismo nombre, tras ser admirada por miles de mexicanos y extranjeros en el “Hotel de Leyendas Victoria” de la Ciudad de México donde tuvo un rotundo éxito.
A finales del mes de octubre de 2017 Pascualita se trasladó a la CDMX para ser partícipe de un evento de la Cervecería Victoria denominado “Hotel de leyendas Victoria”, donde tenían por objetivo hacer un homenaje a las leyendas más famosas de México y como se sabe Pascualita es la única leyenda que se puede ver y tocar en el país.
En dicho evento tuvo un éxito rotundo. El récord de entradas para ver a Pascualita fue una fila de cinco mil personas, lo que habla de la gran perspectiva e inquietud que existía por conocer al maniquí chihuahuense.
Pascualita nunca antes había salido de la ciudad capital, entonces durante todos los meses que estuvo fuera, gente local, pero también de otros estados y países a diario cuestionaban a dependientes de la boutique sobre cuándo regresaba a Chihuahua, ya que extrañaban bastante verla en el aparador que se ubica justo en el cruce de la avenida Ocampo y calle Libertad.
A diario, decenas de personas ingresaban a la boutique para preguntar por el paradero de la famosa Pascualita y preguntar cuándo volvía, inclusive ayer todavía algunos hicieron lo propio, pero hoy por fin está de vuelta.
Cabe mencionar que inclusive un grupo de individuos advirtieron que de no ver de vuelta a Pascualita en este mes, organizarían una manifestación, pero se estaba preparando todo para recibirla como se merece.
De acuerdo a Benjamín Durán, encargado del área de mercadotecnia de la tienda de vestidos de novia y quinceañera “Pascualita”, los traslados tanto de Chihuahua a Ciudad de México, como el regreso, se realizaron con todos los cuidados necesarios, así como su estancia en la capital del país.
Afirmó que el maniquí tuvo los mismos cuidados que una obra de arte de los mejores museos del mundo, ya que se movió en empaques especiales, refrigeración especial y demás cuidados.
En México estuvo exhibida dentro de una vitrina especial con iluminación especial y climatizada, para mantenerla resguardada.
No faltaban los visitantes que llegaban al “Hotel de Leyendas Victoria” para llevarle cartas, flores y otros obsequios al bello maniquí de fracciones sumamente reales.
Es de resaltar que cuando Pascualita salió de la ciudad de Chihuahua, después de 87 años, fue trending topic nacional en las redes sociales, al igual que cuando llegó a la Ciudad de México y al ser expuesta en aquella urbe.
Pascualita fue exhibida en la CDMX con un vestido de novia de la línea Premium, el cual ya fue vendido a una futura novia y, a partir de este martes se presentará en su aparador con un modelo de lo más nuevo de la tienda; ya que el vestido que usa Pascualita para muchos se considera un amuleto de la buena suerte para su matrimonio.
El encargado de mercadotecnia de la boutique dio a conocer que no hay planes a corto plazo para que la novia de Chihuahua salga de nuevo, aún hay medios de comunicación de otros países interesados en ella.
Pascualita volvió muy contenta por todo el cariño recibido en el centro del país, pues precisamente uno de los motivos de que saliera por un periodo era para presentársela a todos los mexicanos y que conocieran algo de lo más querido que tienen los chihuahuenses.
LA ÚNICA LEYENDA VIVIENTE O PALPABLE
La Pascualita es una de las leyendas más conocidas de todo México y que perdura en la actualidad, probablemente debido a que, a diferencia de tantas leyendas, el ser legendario está a la vista de todos y con un cúmulo de testimonios que afirman la presencia de cierta vida sobrenatural en ella, como el último video que circula en redes sociales donde la mujer vestida de novia supuestamente mueve sus ojos.
Se cuenta que el maniquí de Pascualita apareció en un aparador de La Popular (un local chihuahuense de vestidos de novia) el 25 de marzo de 1930. La versión más común dice que la dueña del negocio, Pascualita Esparza Perales de Pérez, la mandó a traer de Francia.
Otra versión también dice que el maniquí fue traído de Francia (de París exactamente), pero que la señora Esparza lo adquirió en México, DF, dentro de una prestigiosa tienda conocida como “El Puerto de Liverpool”, de la cual ella solía traer telas, azahares, ramos y otros productos que revendía en su local. Al principio no le quisieron vender la hermosa figura de cera; pero, ella estaba tan prendada del maniquí, que amenazó con dejar de comprar sus suministros en la tienda si no se lo vendían, por lo que accedieron y así la señora Esparza lo llevó a su local. Sea cual sea la verdad, se cree que compró el maniquí porque, además de ser sumamente bello y de aspecto realista, se parecía bastante a su hermana (encargada de confeccionar los vestidos que exponía en el escaparate de su local), e incluso a ella misma.
Según se cuenta, desde el primer día en que la novia de cera estuvo en La Popular, todos se detenían a mirarla y, aunque la dueña le dio el nombre de “Chonita” por su aparición en el día de La Encarnación, el vulgo tenía más fuerza y, como todos la llamaban “La Pascualita” por su parecido a la dueña del local, fue ese el nombre que finalmente le quedó.
Bien, hasta aquí simplemente Pascualita llamaba la atención, pero, en algún momento de la década de los 60 empezaron a surgir rumores de que la novia de cera estaba viva y era capaz de moverse de noche cuando no había nadie en el local, o sonreír a algunas personas. Particularmente, los rumores se hicieron más frecuentes cuando Pascualita Esparza Perales de Pérez falleció en 1967: entonces aparecieron personas diciendo que Pascualita les seguía con la mirada, que su fantasma les seguía un tiempo si se quedaban viéndola fijamente, o que por breves segundos le aparecían venitas rojas en los ojos.
De acuerdo con leyendas urbanas, estas historias surgieron en la tradición popular y aún perduran, y que deben su variedad al hecho de que “la historia oficial” (la contada anteriormente), no da razones a los sucesos extraños y escalofriantes que convirtieron en leyenda al maniquí.
Por eso, se habla de otras historias “tejidas” por el pueblo chihuahuense a partir de los rumores, la imaginación y la especulación. Una de éstas habla sobre la hija muerta el día de la boda, pero tiene dos versiones: la primera dice que justo el día de su boda, la hija de Pascualita (la dueña) murió por la picadura de un bicho que estaba oculto en su coronita de novia, y que todos la vieron caer muerta cerca del altar. La segunda versión cuenta que la hija de Pascualita fue apuñalada por un pretendiente celoso, justo cuando estaba en el altar, a punto de casarse con un hombre al que, a despecho del pretendiente, amaba verdaderamente. En ambas versiones dicen que, tras perder a su hija, Pascualita la mandó a embalsamar y a recubrir de parafina y cera, vistiéndola siempre con vestidos nupciales, como para recordar que murió antes de casarse, tenerla siempre cerca y, a la vez, honrarla convirtiéndola en el emblema de su local de vestidos de novia: el problema fue que, sin saberlo, había aprisionado el alma de su hija en su cuerpo embalsamado.