Parte del programa Jóvenes y Adolescentes al Estudio, a cargo del oficial Fierro, se enfoca en reinsertar a estos menores de edad a sus familias y a la sociedad, tras ser solicitado el ingreso por los padres de familia; se les dota asimismo de becas de estudio de nivel secundaria y preparatoria.
Tan sólo el año pasado este programa logró que 18 jóvenes terminaran su educación secundaria y tras regresarlos con sus padres mejor integrados, firmaron un compromiso donde les otorgaban una beca para seguir estudiando su educación media superior.
El oficial Fierro, encargado del programa Jóvenes y Adolescentes al Estudio, señaló que el programa dura alrededor de tres meses, donde los jóvenes son canalizados desde el área de Trabajo Social de las escuelas secundarias, y a través del área de Trabajo Social de la licenciada María del Socorro Roacho.
Otros llegan por los mismos papás, que ya no saben qué hacer con sus hijos o cuando los detectan consumiendo algún tipo de droga, situación más común; los jóvenes tras la desintegración familiar se vuelven ingobernables.
El oficial Fierro agregó que los jóvenes que ellos atienden son aún rescatables y que sobre todo sus padres se comprometen a que acudan, o incluso solicitar el apoyo de la Policía Municipal para dar con ellos cuando escapan de casa.
“Aquí se atiende principalmente a jóvenes que caen en la ingobernabilidad y deserción escolar”; luego del examen antidoping autorizado por los padres es la mariguana la droga más detectada, seguida del cristal, y ya en muy pocos casos los solventes y pastillas.
“Nuestros jóvenes oscilan entre los 13 y 17 años de edad, a los cuales se les pone ante una psicóloga que valora si realmente el joven debe pasar por este programa o sólo es cuestión de trabajarlo desde casa, como anexo a las terapias de conducta y temas relacionados con la integración familiar, como el amor a sus padres, el programa cuenta con el taller de talabartería, donde aprenden a hacer varios artículos, y así creamos un oficio”.
“Asimismo pasan por procesos de acondicionamiento físico y trabajo en equipo, añadiéndoles terapias de violencia en casa, noviazgo, drogas… atacando sobre todo la desintegración familiar, desde el pasado 16 de noviembre del 2016 que iniciamos con este programa han pasado al menos 1,500 jóvenes por su proceso, y la mayoría opta por enderezar sus vidas, y regresan al entorno familiar integrándose de nuevo a su escuela normal, y vida de familia”, señaló el entrevistado.
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