“Estamos esperando el último dictamen por parte del Comité de Compras porque el estudio que pensamos que iba salir en 10 mil pesos rebasa los 200 mil, esto es para plena seguridad de que el subsuelo no está en peligro de provocar un socavón”, explicó Juan Pedro Santa Rosa González, director de Instituto Chihuahuense del Deporte y la Cultura Física, respecto a la tardanza de las relaciones en la alberca Santo Niño.
Informó que después de realizar tres estudios se detectó la existencia de humedad debajo de la alberca, por filtraciones en distintas zonas de la alberca. Debido a esto, los mosaicos de las paredes comenzaron a levantarse, evidenciando la existencia de moho debajo de ellos, además, se determinó que hay un riesgo de colapso de la propia infraestructura.
“Nos muestra que efectivamente hay filtración y humedad debajo de la alberca con lo que nos arriesgamos a un socavón. Para estar 100% seguros es necesario hacer un estudio del subsuelo, pensábamos que sería sencillo, pero comentaron que hay diferentes materiales debajo, por lo que el gasto se incrementa y tuvimos que pedir a la junta directa y pasar por el comité de adquisiciones, aún estamos en espera de la respuesta”, señaló.
Explicó que se encontró primero piedra lisa justo debajo del vaso de agua, pero más abajo otro tipo de material y a los costados otro, lo que evidencia el aumento del riesgo de socavón debido a que el destino del agua filtrada no pudo determinarse en el estudio que se efectuó a más de tres cuadras a la redonda. Por la ubicación en la que está la alberca, en una zona elevada y abajo existen domicilios, “se busca evitar que exista un socavón que lleve a una desgracia por una situación que se ha venido aquejando en los últimos años. Se inspeccionó cuatro cuadras a la redonda tratando de verificar si había alguna acumulación de agua en la formación de un manto acuífero, pero no se sabe hacia dónde se va el agua, tendríamos que abrir el radar a más de un kilómetro a la redonda porque eran 30 mil litros de agua diarios”, dijo.
“Hicimos un compromiso con los usuarios de que para enero estuviera abierta la alberca, pero tampoco vamos a acelerar procesos para salir del hoyo y tapar el bache, lo vamos a hacer bien y probablemente se aproveche esto para mejorar las instalaciones, los baños y caldera, la cual tiene desde que se inauguró”, señaló y agregó que cuando se retiró parte de la losa, se percataron de que debajo del borde el resto del soporte está drenado, pudiendo ingresar una mano entera para sacar los residuos de grava, lo que pone en riesgo de que esta situación esté en el resto del lugar.
Respecto a los despidos de cuatro empleadas que impartían clases antes de que la alberca cerrara, declaró: “Vamos a ser muy claros, nunca fue despido, fue cancelación de contratos. Hemos tratado de rescatar al mayor número de empleados posible, pero tampoco puedo caer en una falta administrativa al tener gente que esté duplicando funciones. Yo no puedo contratar gente de sobra, no puedo contratar aviadores, ¿o no nos quejábamos de eso como ciudadanos?, tuvimos que prescindir de cuatro personas y es difícil decirle a alguien sabiendo que hay compromisos económicos… Jamás se despidieron, se terminó el contrato y se les dijo que no se requerían más sus servicios y una vez reabriendo la alberca estamos en la mejor disposición de seguir haciendo equipo con estas personas”.
Agregó que el Instituto se encuentra trabajando en tratar de destinar dos millones de pesos en este año para la rehabilitación de baños, fosa y poner nueva tubería porque también presenta fugas, aunque explicó que es muy difícil determinar en dónde.
Respecto a los gastos que estas filtraciones estaban representando, explicó que de pasar a utilizar una pipa a la semana, de un costo aproximado de mil pesos, se llegaron a necesitar tres diarias, razón por la cual se llegó a la determinación de cerrar la alberca para efectuar las reparaciones correspondientes.