A 24 horas de que un grupo de migrantes cubanos y brasileños intentara ingresar por la fuerza a los Estados Unidos por el Puente Santa Fe, elementos del Custom Border Patrol mantienen "blindado" el cruce internacional con revisiones exhaustivas.

En la joroba se pueden apreciar las enormes barricadas de concreto y alambres de púas que limitan la entrada de vehículos formando una sola línea, permitiendo el paso cada 2 o 3 minutos en grupos de 10 en 10 automotores.

A su vez, dos unidades tipo minivan de la marca Ford, permanecen estacionadas a mitad del puente, con la intención de trasladar a los migrantes asegurados a sus centros de detención, según lo informó uno de los oficiales del CBP.

Los agentes de Migración portan armas largas y equipo especial táctico, sin embargo, aunque ya no se han presentado más incidentes, tienen órdenes de suprimir cualquier intento de "invasión" utilizando la fuerza letal.

Del lado mexicano, dos militares de la Guardia Nacional vigilan a un costado de las garitas de cobro, sobre el cruce peatonal, acompañados por una unidad y elementos de la Policía Federal, mientras que una patrulla de la Policía Municipal con dos agentes permanece sobre la avenida Juárez.

De los cercas de 200 migrantes que causaron la revuelta y quisieron cruzar por la fuerza la madrugada del lunes, no se ha informado cuántos pudieron haber sido asegurados por personal del CBP, aunque se menciona que fueron más de 50.

Sin embargo, estas medidas de seguridad han entorpecido considerablemente los tiempos de cruce a la vecina ciudad de El Paso, Texas, con demoras de hasta cuatro horas en auto, y de 20 minutos a una hora para las personas que pretendan llegar a pie.

Vendedores ambulantes y franeleros aseguraron que, en varias ocasiones, los migrantes han intentado cruzar corriendo por los carriles de retorno, pero son interceptados cerca de las garitas de revisión.

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