Rinden Honores a Peñaflores y su escolta

En una procesión de dolor y lagrimas familiares, amigos y funcionarios dieron el último adiós

Martín Contreras

  · viernes 1 de marzo de 2019

CUAUHTÉMOC, Chih.- Ayer en una procesión de dolor de familiares, amigos y funcionarios, los cuerpos policiacos y autoridades dieron un homenaje póstumo a los policías caídos Efrén Peñaflores y Alejandro López. Tras el último pase de lista, el presidente y su esposa entregan placas de ambos a sus familias.

Aproximadamente a las once de la mañana se llevó a cabo el homenaje póstumo frente a la Presidencia Municipal a dos miembros de la policía que fallecieron en cumplimiento de su labor el pasado martes en la capital del estado.

El director Efrén Peñaflores Rodríguez y su escolta, Leobardo Alejandro López Rivera, fueron emboscados y perdieron la vida, después de ser atacados por hombres armados.

La despedida se realizó partiendo de Funerarias Modelo; tanto amigos como familiares y autoridades caminaron en dirección a la Presidencia Municipal, guiados por tres unidades de policía.

En el trayecto por calle Cuarta hacia la Morelos se sentía el ambiente de tristeza al que se unieron curiosos, vecinos y empleados de comercios, quienes juntaron de manera instintiva sus manos y otros capturaron con su celular el momento.

Los ataúdes, de madera fina y acabados dorados, no mostraban la frialdad de llevar dos vidas truncadas de quienes eran una promesa futurista de la seguridad pública en Cuauhtémoc.

Una pequeña con el llamado desgarrador a su padre, unos ojos serenos y de frente de un padre, un hermano doblegado por el dolor y una mujer que de pronto estallaba en llanto en espasmos de dolor y cuauhtemenses que aún no concebían el suceso.

La escolta de una escuela daba redobles a su paso y luego en la plaza se complementaba en una honra al ritmo de trompeta y tambores por la Banda de Guerra del Municipio.

El presidente municipal dirigió unas palabras de despedida demostrando su dolor a los presentes e intentando esperanzar a quienes escuchaban. "Los padres no estamos preparados para sufrir esto" comentó, lamentándose mayormente por los padres de los afectados. Por otra parte, dio el pésame a las esposas y a los hijos de los fallecidos, quienes se encontraban perdidos en su desconsuelo.

La banda de guerra estuvo presente desde el inicio del recorrido hasta el final.

El doctor César Peñaflores, padre de Efrén, agradeció al presidente y a los departamentos del Municipio por el apoyo que brindaron a Efrén. "Mi hijo murió cumpliendo su deber", mencionó. Aseguró que la muerte de los dos afectados no había sido en vano, sino que por el contrario, sirvió para establecer un cambio en el que se espera paz para la población de Cuauhtémoc y sus alrededores.

Enseguida vino el último pase de lista a cargo del comandante Rubén Rascón y los elementos escucharon los nombres y respondieron con firmeza “presente” para terminar con tres “presente” seguidos.

Los jefes se presentaron frente a los ataúdes y dieron también su último informe a su comisario R1 caído.

Luego vino el toque de silencio por la Banda de Guerra del Municipio de Cuauhtémoc. En esas notas de corneta y los batientes se sentía la tristeza del momento que tuvo su remate de alto civismo y toque policial cuando se hicieron los disparos de salva en honor de los caídos. Las torretas se encendieron, pero esta vez como lánguidos llantos.

Siguieron las guardias de honor encabezadas por el presidente municipal Carlos Tena, funcionarios de primer y segundo nivel, los regidores, mandos policiales del municipio y personal médico, quienes fueron compañeros del Dr. Peñaflores.

El momento más sensible fue cuando el alcalde Carlos Tena y su esposa Lupita hicieron entrega de la placa que portaron los agentes en vida, junto con la fotografía que acompañó a los féretros.

Con paso silencioso, el acto fue detonante de más lágrimas de esposas, padres e hijos.

Inició con la entrega a familiares de Alejandro López Rivera, policía primero, compuesta por esposa Laura Verónica y sus tres hijos, Alejandro, Jonathan Gael y Diego Jaciel.

Al llegar con la familia Peñaflores, la madre Olivia, su papá César, sus hermanos César David, Alejandra, José Luis y sus hijas Isabela y Regina, fue claro el abrazo fuerte a las prendas entregadas. Una hija que al frente tomó el retrato de su padre con huellas húmedas del llanto derramado. Una madre acaricia el retrato finalmente, previo a la plegaria en la cual sueltan unos globos blancos en señal de último adiós.

La procesión al panteón se hizo más larga y con un mayor número de unidades y uniformados. La banda de guerra acompañó con sus notas y redobles.

Acto seguido, los cuerpos fueron llevados a uno de los panteones de la ciudad para terminar con el proceso perteneciente al sepelio.

Se afirmó, con dolor y orgullo por parte del doctor César Peñaflores, que Cuauhtémoc había perdido a dos grandes ciudadanos, jóvenes y con mucho talento. Dispuestos a ayudar sin importar el contexto social. Ya están en un mejor lugar para continuar con esa labor, sin duda.