¿Sabes cómo podar tu árbol? Aquí te decimos como hacerlo

Evita los errores más comunes

Adriana Saucedo

  · sábado 12 de enero de 2019

Gerardo Aguirre

Para que los arboles puedan crecer y desarrollarse al llegar la primavera, durante la temporada invernal es necesario mantenerlos húmedos, regándolos una vez a la semana, y realizar la poda una vez que se queden completamente sin hojas.

De acuerdo con Enrique Gómez, quien se dedica a la poda de árboles y cuidado de jardines desde hace más de 40 años, en Chihuahua la cultura del cuidado de árboles y jardines es escaza y errónea, pues se realiza la poda cuando el árbol aun cuenta con hojas, cortándose de manera equivocada y exagerada, lo que daña el crecimiento.


Respecto a los árboles, explicó que no se deben de podar cuando tienen follaje, el árbol “tiene que podarse cuando está en su estado vegetativo, cuando está descansando, por ejemplo en invierno, pero cuando ya comienzan a brotar de nuevo las hojas, ya no es tiempo de podar”, dijo y agregó “los pinos siempre están trabajando, se puede podar todo el año, solo hay que quitarles las ramas que estorban a la gente, se tiene que conservar su estructura y no masacrarlos, no cortarles de más. Todas las podas son de diferente manera, dependiendo del árbol”.


Explicó que en Chihuahua predomina la plantación del árbol Mora macho, Sicomoro y Pino, lo cuales deben de ser podados únicamente de las ramas que rozan una con otra y aquellas que impiden el libre paso de la gente o bien, estorban con los cables de electricidad.


¿Cómo se poda un árbol?


Cuando se poda un ramo o rama, se corta por sobre la yema que se quiere favorecer a un centímetro aproximadamente, con la inclinación que la protege de caída de agua y tierra.


La poda debe favorecer la entrada de luz y aire en toda la copa, se deben dejar solo las ramas guía necesarias para mantener la estructura. Las plantas frutales deben tener un equilibrio entre la parte floral (que al final va a dar fruto) y la parte vegetativa (hojas). Se deben eliminar ramas viejas y “chupones”, que son ramas largas, vigorosas, poco leñosas y con pocas yemas que crecen de manera vertical, generalmente al lado de un corte o en laterales de ramas gruesas o desde la base.


Existen diferentes tipos de poda. La primera es la de formación, es decir, la que se realiza en la planta joven para orientar su desarrollo. Se realiza durante los cuatro primeros años desde la plantación, y durante esta etapa se prioriza la formación de la estructura de la planta, seleccionando las ramas principales que formarán la estructura definitiva.

Asimismo, existe la poda de fructificación, la cual, tiene por objetivo mejorar el desarrollo de yemas de flor, conservando un equilibrio entre la producción de frutos y de hojas. Tiene distintas características para los frutales de pepita que para los de carozo, como se explicará más adelante. Esta poda se realiza a partir de la entrada en producción de la planta.


Además, la poda de rejuvenecimiento, que se realiza con el árbol ya formado eliminando chupones, ramas rotas, viejas o enfermas. Se puede realizar al final de la cosecha y aprovechar para eliminar ramas fructíferas viejas y dar oportunidad a nuevas ramas de fructificación. También aquí se pueden podar ramas para limitar la altura de la copa y la extensión de ramas guía.


En el caso de ramas gruesas los cortes se efectúan de manera que se facilite la cicatrización de la herida, tratando de no dejar muñón aunque el corte se inicie en la horqueta. La poda se inicia con un corte, hasta casi la mitad de su diámetro, del lado inferior (corte a) y a unos 20-30 cm del tronco del cual se origina; a unos 10 cm más hacía afuera y desde arriba se efectúa un nuevo corte (b) que permitirá separar la rama, la cual se rompe por su propio peso sin desprender corteza. Mediante el corte (c) se elimina el tocón restante.

Gerardo Aguirre


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