Diferentes grupos de migrantes han intentado cruzar a Estados Unidos a través de la frontera con Ciudad Juárez para entregarse de manera voluntaria a la Patrulla Fronteriza y ser retenidos por las autoridades con el propósito de conseguir asilo político.
Familias, madres, jóvenes y adultos se observan en los límites del territorio mexicano, quienes sin esperanza alguna cruzan a plena luz del día, después de permanecer en albergues y casas de migrantes donde la espera acumula un mar de sentimientos que al final los empuja a la entrega voluntaria en la frontera.
Al llegar al famoso muro, los migrantes son abordados por al menos 3 unidades de la Patrulla Fronteriza, quienes en los últimos días han permanecido al pendiente de los diversos cruces de personas. Una vez interceptados, comienzan a entrevistarlos, los suben a las camionetas y se retiran del lugar para finalmente iniciar el proceso correspondiente.
Algunos migrantes que se encuentran viviendo en la Casa del Migrante en Ciudad Juárez destacan que cuando son detenidos en el país vecino, los trasladan por 6 días a un cuarto oscuro sin importar las condiciones de salud o de edad en el que se encuentran las personas; embarazadas, adultos mayores y niños también sufren a temperaturas bajo cero.
El día de ayer, alrededor de las 08:30 horas, una madre aceleró el paso hacia territorio norteamericano, pues acompañada de su hijo cruzó rápidamente lo que queda del río Bravo; a la altura del punto 21, la mujer atravesó el muro para perderse, por unos instantes, en una construcción del otro lado de la frontera. Sin embargo, minutos más tarde fue interceptada por un oficial fronterizo, quien de inmediato le realizó algunas preguntas para proceder a retirarse del lugar.
Algunos de los juarenses que viven o trabajan a escasos pasos de la frontera, aseguran que, en los últimos días, grandes grupos de migrantes se han entregado de manera voluntaria, lo que provocó que autoridades fronterizas colocaran una red de púas para proteger el muro.
Una de las principales razones que argumentan los migrantes para “tirar la toalla” es la desesperación que sienten al ver que el tiempo avanza y su proceso no; días completos de ver cómo la situación no se resuelve y sentir el peso de sus seres queridos en la espalda, con el deseo de conseguir una mejor vida, pero con la realidad de no tener ni para subsistir un día.
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