El esfuerzo realizado en cada terapia por 104 niñas y niños, el sudor y las lágrimas de sus padres, así como la superación de retos se vieron retribuidos al concluir su proceso terapéutico y egresar del Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Chihuahua.
Las instalaciones del CRIT se llenaron de alegría, música y canto, para despedirse de las niñas y niños de las Clínicas A y B que tras años de arduo trabajo ahora emprenderán nuevos retos en otras instituciones que les ayudarán a seguir creciendo.
La ceremonia estuvo llena de emotividad, sobre todo con la intervención de Janett Ascencio, madre de Gael, de 4 años 10 meses, con trisomía 21, quien mientras hablaba su esposo Alfonso Sáenz, la apoyaba, tal como lo ha hecho su familia para la evolución del pequeño.
La mamá de Gael, como todos la conocen, retrató lo difícil que se vuelve la vida, lo agreste del camino, pero también las satisfacciones y enseñanzas que brinda una persona con discapacidad. Primero la negación, desde sentirse enfadada y rebasada, donde lo más fácil era correr y huir del CRIT, un lugar que para ella representaba todo lo que no quería, pero necesitaba, todo lo que no amaba pero con los años dejaría hasta el alma.
En esa carrera, alguien le dijo que le brindara una oportunidad al CRIT, pero sobre todo a su hijo, aunque tomó el gafete de ingreso, pensó en no ir, sin embargo al llegarse el martes, su esposo le hizo ver que necesitaba intentarlo, el plazo era una semana. “No podemos darnos por vencidos sin haberlo intentado”, le decía su esposo.
Pasó la semana, el mes, veranos, otoños, inviernos y primaveras, muchas veces, hasta el egreso de Gael. “Aprendí a enfrentar lo que viviremos siempre: la discapacidad de mi hijo. El CRIT me educó, me sensibilizó, me dio un camino a tomar, me informó y me dijo que iba a estar bien”.
En su discurso invitó a padres y madres de familia a educar a sus hijos, porque la discapacidad no está peleada con los valores, “si exigimos inclusión nosotros debemos trabajar para que nuestros hijos sean un digno ejemplo y la sociedad los incluya. Me voy con la gratitud y la felicidad de verlo tan bien, pero también con el firme propósito de seguir ayudando”.
La emotividad se transformó en alegría cuando al escenario saltaron los pacientes del CRIT acompañados de sus Amigos Teletón, quienes con instrumentos de percusión cantaron “Madre Tierra” y arrancaron aplausos, para luego bailar “This is the party”.
El momento culminante llegó con la entrega de diplomas a los egresados de ambas clínicas, a quienes Florentina Loya, médico acompañante de la Clínica B, los exhortó a seguir esforzándose y lograr nuevas metas. “Siéntanse orgullosos de lo que han logrado, porque como decía la Madre Teresa de Calcuta: No siempre podemos hacer grandes cosas, pero sí podemos hacer cosas pequeñas con gran amor”.
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