/ lunes 2 de julio de 2018

Se quejan locatarios de invasión de puestos frente a Hospital Morelos

La suciedad que a veces denuncian usuarios del nosocomio, se debe a los malos hábitos de los mismo.

En un día normal como cualquier otro, un visitante que acuda por primera vez al Hospital General Regional número 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), más conocido como “el Morelos”, se encontrará con que los alrededores de las instalaciones semejan más el caos propio que se observa en películas ambientadas en el centro del país, donde automóviles, transeúntes y tenderos han aprendido a convivir y a ceder con resignación los espacios que a cada grupo debieran tocarle, y a lo cual quienes circulan normalmente por la zona se han acostumbrado, aunque no debiera ser así.

Por una parte, locatarios de restaurantes y tiendas de abarrotes instaladas en las calles aledañas al hospital se quejan constantemente de la “invasión” a su clientela que representan los tenderos instalados en el camellón frente a la entrada al hospital.

De igual manera, preocupan tanto a quienes acuden al nosocomio en automóvil o a pie las condiciones de seguridad de las calles alrededor del complejo, por la permanente falta de espacio para estacionarse, o el riesgo que entraña para infantes y adultos mayores la falta de señalización vial en el lugar, ya que al estar conectada con la principal avenida de la ciudad la calle que corre frente a la entrada del Morelos, ello da pie a que los automovilistas circulen en el lugar a velocidades que ponen en peligro a transeúntes incautos que atraviesan las calles “a la buena de Dios”, al no haber pasos de cebra u otros señalamientos que les garanticen un cruce seguro.

Aún más molestia generan para los restauranteros y locatarios del sector las condiciones presuntamente insalubres en que opera la treintena de tenderos que venden desde dulces hasta antojitos, acusándolos de ser un “foco de infecciones” para los clientes que ante la usualmente larga espera que entraña ir al Morelos, deciden satisfacer el estómago en un puesto de comida.

Igualmente, no se pueden pasar por alto las evidentes condiciones de insalubridad que persisten a las afueras del hospital, especialmente en la zona colindante con la avenida Universidad, que es un punto de reunión para indigentes que pernoctan diariamente en el lugar, dejando a la intemperie sus desechos, los cuales generan mal olor y suciedad que se detectan a varios metros de distancia.

Una de las tenderas que operan frente al Hospital Morelos del IMSS, que prefirió permanecer anónima, rechazó las acusaciones de las que constantemente son objeto quienes regentan el total de 35 puestos localizados en dicha área, argumentando que la suciedad que a veces denuncian usuarios del nosocomio, se debe a los malos hábitos de los mismos derechohabientes.

“No son los puestos, son los usuarios que ensucian con su basura, vienen y comen y dejan su tiradero, que nosotros tenemos que recoger al día siguiente, y lo mismo sucede adentro del Seguro, muchos acusan a personal de intendencia de no hacer bien su trabajo, pero los mismos derechohabientes son quienes ensucian las instalaciones”, dijo.

Así mismo, detalló que cada uno de los que operan un puesto de comida frente al hospital, deben cumplir con varias regulaciones y evaluaciones periódicas. “Llevo 10 años aquí y cada año nosotros pagamos un permiso a Gobernación, también vienen los de Coespris a hacernos estudios de manejo de alimentos, y cada 3 meses tenemos que hacernos estudios de salud para certificar que estamos sanos”, señaló.


“Si fuera algo insalubre, ¿cree que iban a estar los clientes comiendo aquí? Del cliente vivimos, tenemos que cuidarlos a ellos y a nosotros, por higiene. Los puestos tienen más de 30 años”, sentenció.

Reginaldo Bencomo, mejor conocido por los locatarios como “don Regis”, declaró ser el coordinador de los más de 30 puestos que laboran frente al Hospital Morelos del IMSS, asegurando que quienes allí laboran cumplen con todos los requerimientos que indica la ley estatal y municipal.

Por lo anterior, rechazó que formen parte del comercio informal: “Tenemos permiso de Gobernación, los que venden comida tienen que certificarse ante Coespris y cada uno debe traer su gorro y mandil; tenemos todos los permisos, tenemos recolección de basura en todos los puestos, pagamos un permiso para laborar”, señaló.

Respecto a las acusaciones de que quienes allí laboran lo hacen en condiciones poco higiénicas, aseguró que actualmente ningún puesto se encuentra sucio ni han recibido alguna queja por alimentos mal preparados.

“Ni cuando se dio la epidemia de cólera pudieron encontrarnos algo malo los de Salubridad, a pesar de que nos investigaron a todos”, mencionó, explicando que los puestos funcionan desde hace más de cuatro décadas y han sido traspasados a familiares más jóvenes de los dueños originales.

Por otra parte, el señor Reginaldo declaró que actualmente no está prohibido estacionarse alrededor del hospital más que en la acera frente a la entrada, en tanto que el resto de los espacios no están sancionados.


“En un principio no estaba prohibido estacionarse, pero luego Vialidad indicó que era zona amarilla, más luego retiraron esa señalización, eso fue cuando estaba Reyes Cardona”, dijo, haciendo referencia a la gestión de Javier Torres Cardona al frente de la Dirección de Vialidad, durante la gestión de José Reyes Baeza.

En un día normal como cualquier otro, un visitante que acuda por primera vez al Hospital General Regional número 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), más conocido como “el Morelos”, se encontrará con que los alrededores de las instalaciones semejan más el caos propio que se observa en películas ambientadas en el centro del país, donde automóviles, transeúntes y tenderos han aprendido a convivir y a ceder con resignación los espacios que a cada grupo debieran tocarle, y a lo cual quienes circulan normalmente por la zona se han acostumbrado, aunque no debiera ser así.

Por una parte, locatarios de restaurantes y tiendas de abarrotes instaladas en las calles aledañas al hospital se quejan constantemente de la “invasión” a su clientela que representan los tenderos instalados en el camellón frente a la entrada al hospital.

De igual manera, preocupan tanto a quienes acuden al nosocomio en automóvil o a pie las condiciones de seguridad de las calles alrededor del complejo, por la permanente falta de espacio para estacionarse, o el riesgo que entraña para infantes y adultos mayores la falta de señalización vial en el lugar, ya que al estar conectada con la principal avenida de la ciudad la calle que corre frente a la entrada del Morelos, ello da pie a que los automovilistas circulen en el lugar a velocidades que ponen en peligro a transeúntes incautos que atraviesan las calles “a la buena de Dios”, al no haber pasos de cebra u otros señalamientos que les garanticen un cruce seguro.

Aún más molestia generan para los restauranteros y locatarios del sector las condiciones presuntamente insalubres en que opera la treintena de tenderos que venden desde dulces hasta antojitos, acusándolos de ser un “foco de infecciones” para los clientes que ante la usualmente larga espera que entraña ir al Morelos, deciden satisfacer el estómago en un puesto de comida.

Igualmente, no se pueden pasar por alto las evidentes condiciones de insalubridad que persisten a las afueras del hospital, especialmente en la zona colindante con la avenida Universidad, que es un punto de reunión para indigentes que pernoctan diariamente en el lugar, dejando a la intemperie sus desechos, los cuales generan mal olor y suciedad que se detectan a varios metros de distancia.

Una de las tenderas que operan frente al Hospital Morelos del IMSS, que prefirió permanecer anónima, rechazó las acusaciones de las que constantemente son objeto quienes regentan el total de 35 puestos localizados en dicha área, argumentando que la suciedad que a veces denuncian usuarios del nosocomio, se debe a los malos hábitos de los mismos derechohabientes.

“No son los puestos, son los usuarios que ensucian con su basura, vienen y comen y dejan su tiradero, que nosotros tenemos que recoger al día siguiente, y lo mismo sucede adentro del Seguro, muchos acusan a personal de intendencia de no hacer bien su trabajo, pero los mismos derechohabientes son quienes ensucian las instalaciones”, dijo.

Así mismo, detalló que cada uno de los que operan un puesto de comida frente al hospital, deben cumplir con varias regulaciones y evaluaciones periódicas. “Llevo 10 años aquí y cada año nosotros pagamos un permiso a Gobernación, también vienen los de Coespris a hacernos estudios de manejo de alimentos, y cada 3 meses tenemos que hacernos estudios de salud para certificar que estamos sanos”, señaló.


“Si fuera algo insalubre, ¿cree que iban a estar los clientes comiendo aquí? Del cliente vivimos, tenemos que cuidarlos a ellos y a nosotros, por higiene. Los puestos tienen más de 30 años”, sentenció.

Reginaldo Bencomo, mejor conocido por los locatarios como “don Regis”, declaró ser el coordinador de los más de 30 puestos que laboran frente al Hospital Morelos del IMSS, asegurando que quienes allí laboran cumplen con todos los requerimientos que indica la ley estatal y municipal.

Por lo anterior, rechazó que formen parte del comercio informal: “Tenemos permiso de Gobernación, los que venden comida tienen que certificarse ante Coespris y cada uno debe traer su gorro y mandil; tenemos todos los permisos, tenemos recolección de basura en todos los puestos, pagamos un permiso para laborar”, señaló.

Respecto a las acusaciones de que quienes allí laboran lo hacen en condiciones poco higiénicas, aseguró que actualmente ningún puesto se encuentra sucio ni han recibido alguna queja por alimentos mal preparados.

“Ni cuando se dio la epidemia de cólera pudieron encontrarnos algo malo los de Salubridad, a pesar de que nos investigaron a todos”, mencionó, explicando que los puestos funcionan desde hace más de cuatro décadas y han sido traspasados a familiares más jóvenes de los dueños originales.

Por otra parte, el señor Reginaldo declaró que actualmente no está prohibido estacionarse alrededor del hospital más que en la acera frente a la entrada, en tanto que el resto de los espacios no están sancionados.


“En un principio no estaba prohibido estacionarse, pero luego Vialidad indicó que era zona amarilla, más luego retiraron esa señalización, eso fue cuando estaba Reyes Cardona”, dijo, haciendo referencia a la gestión de Javier Torres Cardona al frente de la Dirección de Vialidad, durante la gestión de José Reyes Baeza.

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