Delicias, Chih.- De manera paulatina, los ríos Conchos y San Pedro están secándose en su paso por los municipios de la región centro sur del estado, lo cual es palpable cuando se recorren los cauces en cuyas riberas se aprecia cómo sus niveles descendieron y en algunos puntos los lechos están prácticamente secos.
Quienes visitan la presa Rosetillla, enclavada en el municipio de Saucillo, observan que el vaso mantiene un volumen importante de agua, aunque el nivel se ha reducido. Sin embargo, aguas arriba, a la altura de la comunidad de Orranteño, el caudal del río Conchos disminuyó hasta convertirse en un hilillo de agua.
El paisaje adquiere dramatismo cuando los paseantes se percatan que a orillas del afluente está encallado un barco turístico, “El Colibrí”, que dejó de navegar después de que el río disminuyera ostensiblemente su nivel, dejando lodazales y franjas de tierra agrietada y reseca.
Prestadores de servicios de la zona denunciaron que la apertura constante de las compuertas de Rosetilla, para uso agrícola, es la causa del desecamiento. Señalaron además que esto ha provocado también daños a la ecología.
Pero según registros de la Comisión Nacional del Agua, la última vez que se abrió el embalse fue el 23 de octubre del año pasado para extraer tres metros cúbicos por segundo. Desde entonces sólo sale agua debido a las filtraciones en las compuertas, mencionaron otros lugareños.
El río San Pedro, que recorre los municipios de Rosales y Meoqui, también se encuentra seco en varios tramos. Esto es visible para quienes se trasladan por la carretera de Delicias a Rosales, o visitan la zona del vado de Meoqui.
En este último sitio, donde se encuentra el humedal tipo Ramsar, puede apreciarse que una franja extensa está seca y sin vida animal. Las aves que pueblan el ecosistema se han tenido que retirar hacia los pocos espejos de agua que le restan al río.
Mientras que habitantes de la región señalan el robo de agua como la causa de la desaparición progresiva de los ríos, funcionarios locales y federales, quienes pidieron mantener el anonimato, explicaron que la causa es la falta de escurrimientos procedentes de los campos agrícolas.
Generalmente, expusieron, en los años normales se filtra el agua de los riegos hacia los ríos. Pero este 2021 los agricultores están aprovechando hasta la última gota del líquido mediante los bombeos en drenes y tajos, por lo que no se recuperan los niveles de los afluentes.
En el caso de la presa Rosetilla, según registros históricos de la Conagua, para estas fechas se programaba su apertura, a fin de auxiliar el riego, pero no se ha recuperado debido a la falta de escurrimientos en el Conchos, como tampoco La Boquilla, de la cual normalmente se extraían hasta 60 metros cúbicos por segundo, mientras que ahora el gasto es de sólo 27 metros cúbicos.
“La realidad es que no hay agua”, concretizó un funcionario, señalando como única esperanza la lluvia.
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